REDACCIÓN LA HORA
Agenciad AP y DPA
La idea no es nueva. «Suero convaleciente» es el nombre con el que en medicina se designan elementos de la sangre de supervivientes que en el pasado se utilizaba como profilaxis contra la hepatitis A y la rabia. Ahora, se está investigando esta terapia como posible tratamiento prometedor del ébola.
El suero convaleciente contiene anticuerpos que el cuerpo produce para sobrevivir a un virus. Varios de los medicamentos que se están usando en la lucha contra el ébola, entre ellos el ZMapp, se basan en una reproducción de anticuerpos similares en el laboratorio.
El médico estadounidense Rick Sacra, quien está siendo tratado por ébola en un hospital de Nebraska después de haber contraído la enfermedad en Liberia, recibió una transfusión de sangre de otro médico estadounidense contagiado, Kent Brantly, quien sobrevivió a la enfermedad.
Brantly fue el primer enfermo de ébola que fue trasladado a Estados Unidos, junto con Nancy Writebol, quien también se curó. El médico recibió una transfusión de sangre de un expaciente de 14 años antes de que saliera de Liberia.
La prensa estadounidense había informado la semana pasada que la enfermera británica Will Pooley, también superviviente, viajó a Estados Unidos para dar su sangre a un cuarto paciente que está recibiendo tratamiento en ese país, en el mismo hospital donde había convalecido Brantly.
«Existe un plan para recoger suero en lugares donde podamos identificar a los supervivientes y donde las condiciones son adecuadas», dijo a dpa Margaret Harris, portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un componente importante del plan consiste en reforzar el sistema de bancos de sangre en África».
Uno de los riesgos de usar la sangre de otra persona es la posibilidad de que se transmita otra enfermedad peligrosa, como el sida o el virus del Nilo Occidental, si el donante de sangre no es sometido a un análisis exhaustivo.
El temor a los riesgos de una transfusión de sangre se acrecentó la semana pasada después de que se difundieran versiones que aseguran que en los países de África Occidental, los más afectados por la epidemia del ébola, está surgiendo un mercado negro para sangre.
La cadena CNN informó que «pacientes desesperados están recurriendo al mercado negro para comprar sangre de personas que han sobrevivido al virus». Sin embargo, la portavoz de la OMS dijo que su organización no ha recibido reportes que confirmen que actualmente existe un tráfico ilegal de sangre en África Occidental.
Incluso algunos destacados defensores del uso de suero convaleciente, entre ellos el profesor David Heymann, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, insisten en que el método de la transfusión aún no ha sido sometido a pruebas clínicas exhaustivas para determinar su eficacia.
Heymann dijo a dpa que el suero convaleciente ya fue utilizado durante un brote de ébola en 1976, cuando un investigador se infectó accidentalmente en Reino Unido.
Un estudio más prolongado se realizó en 1995, cuando surgió un brote de ébola en la República Democrática del Congo, donde ocho pacientes recibieron sangre de personas que habían sobrevivido a brotes anteriores. Solo uno de los ocho pacientes murió después del tratamiento.
Sin embargo, algunos investigadores hicieron notar que los pacientes que recibieron transfusiones también recibieron un tratamiento general de mayor nivel, que incluyó infusiones de glucosa y electrolitos, así como antibióticos.
Un portavoz de la Universidad de Oxford confirmó a dpa que el suero convaleciente figura en una lista de tratamientos que serán ensayados a corto plazo en África Occidental en el marco de un proyecto de la fundación caritativa Welcome Trust, al que ha asignado un presupuesto de 3,2 millones de libras (4,1 millones de euros o 5,2 millones de dólares). Hasta el momento, sin embargo, el único tratamiento que ha dado resultados es el control de los síntomas del virus.
«Las terapias experimentales son precisamente eso: experimentales. No hay pruebas que demuestren que esas terapias son positivas, negativas o neutras», insiste el doctor Marshall Lyon, del Hospital Universitario Emory, en Atlanta, Estados Unidos.
LA VACUNA
Miles de dosis de vacunas experimentales contra el ébola estarán disponibles en los próximos meses y serían suministradas a trabajadores de salud y otras personas en alto riesgo de contraer la enfermedad, dijo el viernes la Organización Mundial de la Salud.
Hasta ahora no se ha encontrado una vacuna segura y de probada eficacia en seres humanos, dijo Marie-Paule Kieny, directora general adjunta de la OMS en una conferencia de prensa en Ginebra difundida luego por correo electrónico. Es necesario ensayarla previamente para verificar que no es dañina, dijo. Añadió que los ensayos ya han comenzado.
El gobierno canadiense ha donado 800 frascos de una vacuna que creó antes de otorgar la licencia a NewLink Genetics Corp.
Kieny dijo que la compañía debería producir varios miles de dosis en los próximos meses. No se sabe con exactitud cuántas dosis contienen los frascos, porque los ensayos deben determinar el volumen de cada una, pero Kieny dijo que serían unas 1.500.
Para principios del año próximo habrá unas 10 mil dosis de otra vacuna, creada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y GlaxoSmithKline, dijo Kieny.
«Esta no será una campaña de vacunación masiva», dijo la funcionaria. Los trabajadores sanitarios u otras personas que han tenido contacto con enfermos podrían recibir la vacuna en enero, como parte de un ensayo más amplio para determinar su eficacia, añadió.
La epidemia de ébola en África occidental ha afectado a unas 6.200 personas y matado a la mitad de éstas. Ha superado la capacidad de los sistemas de salud y revelado la ineficacia de los métodos para detener su extensión. Epidemiólogos estadounidenses advierten que podría haber alrededor de 1,4 millones de infectados para mediados de enero, pero que la cifra podría ser mucho menor con medidas efectivas.
Los expertos en salud pública esperan que los tratamientos y vacunas experimentales ayuden a controlar la epidemia.
Sin embargo, Kieny advirtió que antes de que se demuestre su eficacia, cualquiera que reciba una vacuna deberá seguir actuando como si no estuviera protegido.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Los científicos ahora saben lo suficiente para poder emitir una advertencia clara sobre el virus. Pase lo que pase, el ébola de 2014 quedará en los anales: en un mundo en constante cambio, las experiencias del pasado con virus letales son una guía imperfecta para el futuro. Las suposiciones son peligrosas; la vigilancia y la capacidad de adaptación son la clave. Como se muestra en otras partes de esta evaluación de la situación, los grandes brotes registrados desde comienzos de este siglo han hecho añicos varios mitos que parecían imperecederos.
Aun cuando esta vez se consigan los resultados deseados, hay algo que no debemos olvidar: el genio seguirá acechando en la botella, a la espera de una oportunidad para volver a salir.
Es probable que tenga muchas oportunidades.
En estos momentos, los científicos y epidemiólogos saben lo suficiente para poder emitir una advertencia clara. El riesgo de futuros brotes de ébola persistirá mientras la pobreza generalizada obligue a un elevado número de personas, que dependen de la carne de caza para su misma supervivencia física y económica, a adentrarse cada vez más para cazar en las selvas degradadas y en regresión rápida de la región.
RESERVORIO ANIMAL
Ya hay indicaciones –aunque todavía no son convincentes– de que el número de casos ha dejado de aumentar en algunos distritos de Guinea, Liberia y Sierra Leona, especialmente los más cercanos al «ojo del huracán», donde los tres países tienen frontera común.
Si estas observaciones se verifican en los próximos días o semanas, marcarán el fin del crecimiento exponencial del ébola en África Occidental, y el desastre se evitará.
La peor pesadilla se sustituirá por una renovada esperanza de que se puede no solo estabilizar el número de casos, sino también doblegarlo gracias a las medidas adoptadas para interrumpir la transmisión del virus. La victoria solamente será definitiva si se consigue que el virus del Ébola vuelva a su reservorio animal, una gesta que equivale a volver a meter el genio en la botella.
Si el objetivo solamente se logra parcialmente, el ébola podría convertirse en una presencia permanente en esta parte del mundo. En otras palabras, podría pasar a ser endémico en la población humana.