Por PETER ORSI y KATHERINE CORCORAN,
MEXICO
Agencia AP
La Secretaría de la Defensa Nacional indicó que los ocho estuvieron involucrados en el incidente del 30 de junio en San Pedro Limón, un encuentro que los militares reportaron en un principio como una balacera pero que una testigo ha descrito como una masacre.
Pertenecen al 102do Batallón de Infantería de la 22da Zona Militar en el Estado de México, de acuerdo con reportes noticiosos y dos personas que hablaron sobre el caso a condición de guardar el anonimato porque carecen de autorización para hacer declaraciones a la prensa.
El grupo militar se encuentra en San Miguel Ixtapan, en el suroeste del estado, aproximadamente a una hora en automóvil al norte de donde ocurrieron los homicidios. Se dice que el área está bajo control del Cártel de La Familia, aunque también es una región en la que grupos rivales del narcotráfico han estado disputándose territorio.
El batallón estuvo en las noticias en diciembre pasado cuando algunos de sus integrantes balearon a cuatro empleados del pueblo de Arcelia en el cercano estado de Guerrero, incluido el director y el subdirector de transporte municipal, mientras conducían en un camino rural de regreso de un campo de tiro. Arcelia también es el pueblo natal de varios de los asesinados en el tiroteo de junio.
El ejército dijo que los empleados, que portaban fusiles y vestían ropa de camuflaje para cazar, fueron confundidos con delincuentes. Un sargento, un cabo y dos soldados fueron arrestados.
El 102 también estuvo bajo los reflectores en febrero de 2012. El periódico Reforma, que citó documentos legales, reportó en esa época que durante 2010 y hasta principios de 2011, soldados en el batallón recibieron dinero para que le informaran a La Familia de las operaciones de ese cuerpo militar. Seis personas, incluidas dos oficiales, fueron acusadas formalmente.
El incidente más reciente fue reportado en un principio como una balacera el 30 de junio en la que 22 presuntos delincuentes fueron asesinados y un soldado resultó herido. La versión oficial fue puesta en tela de juicio cuando The Associated Press visitó el sitio algunos días después y no halló indicios de que hubiera habido una batalla prolongada.
La semana pasada, una mujer que dice haber sido testigo de los eventos le dijo a la AP que sólo una persona murió en un enfrentamiento inicial y que el resto fueron baleadas después de que se rindieron. La testigo indicó que entre los muertos estaba su hija de 15 años, Erika Gómez González, que había sido herida en una pierna y yacía en el piso cuando fue asesinada.
El periódico La Jornada publicó fotografías el viernes que muestran cadáveres ensangrentados, presuntamente tomadas inmediatamente después de la balacera, con investigadores y personal militar aún en el lugar.
Las manchas de sangre en el muro de ladrillo de concreto, los marcadores colocados por los investigadores para señalar las evidencias y los escombros que aparecen en las fotografías son iguales a los que los periodistas de la AP fotografiaron días después de que el ejército reportó los fallecimientos.