Por PABLO ELIAS GIUSSANI,
NACIONES UNIDAS
Agencia AP

Sánchez Cerén hizo un «llamado a la comunidad internacional para brindarnos su apoyo para superar la situación creada ante el incremento de niños y niñas migrantes que viajan sobre todo hacia EE. UU.» y exhortó específicamente a la ONU a que «asuma un papel creciente en el tema migratorio y reconozca la movilidad humana como un factor relevante en los esfuerzos de la organización, incluyéndolo en la implementación de la Agenda de Desarrollo Post 2015».

Más de 60 mil menores no acompañados, casi todos de El Salvador, Honduras y Guatemala, países azotados por la pobreza, el narcotráfico y la actividad pandillera, cruzaron la frontera ilegalmente sin sus padres en los últimos 12 meses, según estadísticas oficiales estadounidenses, dándole una nueva dimensión al tema de la inmigración ilegal a Estados Unidos.

«Estamos convencidos que ante este fenómeno multicausal, debemos actuar con un enfoque integral que brinde la protección de los derechos de nuestras niñas y niños, que garantice el respeto al debido proceso y el apoyo para la reunificación con sus padres», expresó el mandatario salvadoreño, de 70 años y que tiene como modelo a su colega uruguayo José Mujica, otro ex guerrillero que llegó a la presidencia por las urnas.

Propuso asimismo que se dé a la migración la misma categoría de otros pilares de la agenda mundial: el cambio climático, la seguridad alimentaria, la educación, la salud, la seguridad ciudadana y la paz.

Retomando el discurso que esbozó con un dramático mensaje su colega hondureño Juan Orlando Hernández a la misma Asamblea General el miércoles, Sánchez Cerén dijo la guerra contra el narcotráfico, considerado la principal causa de la violencia y la emigración, debe librarse «con la perspectiva de corresponsabilidad entre los países de origen, de tránsito y de destino» de las drogas.

El Salvador y Centroamérica libran «una titánica lucha contra la violencia en sus diferentes formas», pero será una batalla perdida si no se acaba con la pobreza, señaló el presidente. «Debemos trabajar en las comunidades de origen de la población migrante para generar mejores condiciones, aumentar la inversión en educación, salud, seguridad y empleo», acotó.

En ese sentido, advirtió que es «urgente modificar las estructuras financieras y mecanismos de cooperación internacionales para que respondan a las necesidades de nuestros pueblos con instituciones eficientes y mecanismos transparentes», así como «renovar los términos bajo los cuales se concede la asistencia para el desarrollo, sus montos y la implementación de medidas que faciliten los principios del desarrollo sostenible».

Los nuevos indicadores de desarrollo, sostuvo, «deben visibilizar la exclusión y las desigualdades. La medición debe ir enfocada en términos de satisfacción de necesidades y oportunidades».

Pidió a la ONU que mantengan sus recursos y programas en América Latina, sobre todo en Centroamérica, «independientemente de la clasificación macroeconómica de nuestros países».

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