Por KELVIN CHAN
HONG KONG
Agencia AP

Los paros coinciden con la visita de un gran grupo de magnates hongkoneses a Beijing para tratar las reformas con los líderes comunistas chinos, que tratan de ganar apoyo entre las adineradas élites de la ciudad para las políticas gubernamentales.

Los organizadores de la huelga están consternados por la decisión de Beijing el pasado agosto de rechazar las candidaturas abiertas de candidatos en las primeras elecciones jamás celebradas para elegir al líder de la ciudad, previstas para 2017.

El descontento por las reformas democráticas es especialmente grande entre los jóvenes hongkoneses, que temen por sus perspectivas en medio de una creciente desigualdad de la que culpan a los magnates multimillonarios, cuyas compañías controlan gran parte de la economía y que son próximos a Beijing.

El Congreso Popular Nacional, que gobierna el país, exige que los candidatos sean aprobados por un comité. Muchos de los magnates que visitaban la capital forman parte de un organismo similar que hasta ahora seleccionaba directamente a los gobernantes de la ciudad.

La batalla por la democracia parece recrudecerse en Hong Kong, y grupos activistas han amenazado con celebrar una «ocupación» masiva del centro financiero a partir del 1 de octubre, dentro de una campaña de desobediencia civil para hacer presión.

China asumió el control de la ex colonia británica en 1997, accediendo a mantener las libertades civiles desconocidas en la China continental y prometiendo que en algún momento, el administrador de la ciudad se elegiría por «sufragio universal». Sin embargo, la insistencia de Beijing en filtrar a los candidatos en función de su patriotismo ha avivado el temor de los grupos pro democracia de que Hong Kong nunca tenga una auténtica democracia.

«La huelga de estudiantes marcará un punto de inflexión en el movimiento democrático», dijo Alex Chow, secretario general de la federación de Estudiantes de Hong Kong, a los aproximadamente 13.000 alumnos de 24 escuelas reunidos en el campus universitario. «Ya no nos hacemos ilusiones sobre el gobierno, pero tendremos fe en nosotros mismos. Estamos dispuestos a pagar el precio de la democracia».

Los estudiantes tienen previsto reunirse cada día del resto de la semana en un parque cercano a la sede de gobierno.

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