Por KEN DILANIAN,
WASHINGTON
Agencia AP
La pausa en décadas de espionaje, que permanece parcialmente en efecto, fue ideada para dar tiempo a las autoridades de la CIA para examinar si estaban siendo lo suficientemente cautelosas y evaluar si espiar a aliados compensa el riesgo de ser descubierto, dijo un funcionario que está al tanto de la situación.
Durante la pausa, los agentes en Europa básicamente tienen prohibido realizar «operaciones unilaterales» como reunirse con fuentes que han reclutado dentro de los gobiernos aliados. Este tipo de encuentros clandestinos son la piedra angular del espionaje.
Los oficiales de la CIA todavía tienen permitido reunirse con sus contrapartes del servicio de inteligencia del país anfitrión, realizar operaciones conjuntas con servicios de otros países y operaciones con la aprobación de los gobiernos locales. Recientemente, las operaciones unilaterales que tenían como objetivo a ciudadanos de terceros países —rusos en Francia, por ejemplo— se reanudaron. Sin embargo, la mayoría de los encuentros con fuentes que son con agentes locales están suspendidos, al igual que los nuevos reclutamientos.
La CIA no quiso hacer declaraciones al respecto.
James Clapper, director de inteligencia nacional de Estados unidos, dijo durante un acto público el jueves que Washington está asumiendo un mayor riesgo porque dejó de vigilar «blancos específicos», aunque no dio detalles.
Suspender el espionaje es común cuando una operación se ve comprometida, pero «nunca a este nivel», dijo un exagente, quien al igual que los demás entrevistados para esta historia no dio su nombre porque la ley prohíbe hablar de actividades o material clasificado. La pausa, que entró en vigor hace unos dos meses, fue ordenada por altos funcionarios de la CIA a través de cables secretos.
La orden actual fue parcialmente resultado del arresto el 2 de julio de un empleado del servicio de inteligencia de Alemania. El hombre de 31 años es sospechoso de espiar para Rusia y dijo a las autoridades que pasó 218 documentos de inteligencia alemanes a la CIA.
En un segundo caso, las autoridades registraron la casa y oficina de un funcionario alemán de defensa sospechoso de espiar para Estados Unidos, pero él negó ser espía y no se han presentado cargos en su contra.
Mientras, las revelaciones del estadounidense Snowden, un exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), incluyeron informes de que fue intervenido el teléfono celular de la canciller alemana Angela Merkel.