Por Nick Rigillo
NEWPORT / Agencia dpa
Tras años de angustia por su problemática operación de combate en Afganistán, que concluye a fines de 2014, los 28 líderes de la OTAN retornaron a su misión central. Este desplazamiento se vio ampliamente propiciado por la crisis en el este de Ucrania, donde Rusia es acusada de respaldar al separatismo, y tras la anexión de Crimea en marzo.
Además, los líderes prometieron por primera vez incrementar el gasto en defensa, mientras Estados Unidos y Reino Unido aprovecharon la cumbre de Gales para forjar una alianza con otros miembros clave de la OTAN contra la milicia Estado Islámico (EI) en Irak.
«Esta es una alianza que es fuerte y unida, que sabe cuáles son los principales desafíos, y que está resuelta a superarlos», afirmó el anfitrión, el primer ministro británico David Cameron.
Con la crisis de Ucrania haciendo sonar alarmas en países del este de Europa como Polonia y las repúblicas bálticas, que también albergan grandes minorías rusas, la OTAN buscó enviarle un fuerte mensaje a Rusia de que no tolerará comportamientos agresivos contra sus miembros.
De esta manera, aprobó un Plan de Acción Rápida (RAP por sus siglas en inglés), que prevé una fuerza «punta de lanza» formada por entre 3 mil y 5 mil soldados que estará lista para su despliegue en un plazo de un par de días en cualquier lugar del mundo.
Mientras que esta fuerza trabajará sobre una base rotativa, para cumplir un acuerdo de 1997 con Moscú de no estacionar tropas permanentes a lo largo de la frontera rusa, las repúblicas bálticas, Polonia y Rumania ya señalizaron su disposición a albergar la infraestructura de esta fuerza.
«Creo que la decisión que tomamos hoy de preparar un Plan de Acción Rápida envía un mensaje muy claro a Rusia de que estamos fuertemente decididos a tomar todos los pasos necesarios para proveer protección efectiva y defensa a nuestros aliados», manifestó el secretario general de la OTAN.
«A la luz de la actual situación de seguridad, creo que es apropiado que como resultado del RAP ustedes verán una presencia más visible de la OTAN en el este», añadió Rasmussen, en referencia al conflicto en Ucrania.
«Hemos enviado un fuerte mensaje a Rusia de que las acciones tienen consecuencias», coincidió por su parte el presidente estadounidense, Barack Obama.
En otras dos medidas que buscan demostrar la resolución de la OTAN contra Moscú, la alianza acordó celebrar su próxima cumbre en Varsovia y reforzar sus lazos con Georgia.
«Las puertas de la OTAN siguen abiertas» y «ningún tercer país tiene veto sobre la ampliación de la OTAN», señaló Rasmussen en respuesta a las objeciones rusas de larga data sobre una expansión de la alianza hacia el este.
El jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte también confirmó que no habrá cambios al Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997, que regula las relaciones entre los antiguos enemigos de la Guerra Fría.
Mientras se reunían los líderes de la OTAN, se acordaba un cese del fuego entre Ucrania y Rusia en Minsk, la capital bielorrusa.
Sin embargo, tanto Obama como Rasmussen manifestaron su «escepticismo» sobre el acuerdo, aludiendo al comportamiento de Rusia en el pasado.
Rusia, por su parte, criticó los resultados de la cumbre en Gales. «La OTAN es un resultado de la Guerra Fría y demostró en Newport que no está capacitada para el cambio», señaló una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso difundida en Moscú.
«La crisis en Ucrania es solamente un pretexto para el mayor acercamiento de la OTAN a las fronteras de Rusia», añadió el comunicado.
Europa y Estados Unidos probablemente continuarán aplicando presión diplomática, especialmente a través de sanciones económicas, aunque Obama y la canciller alemana Angela Merkel sugirieron que esas medidas punitivas podrían ser levantadas en caso de que prospere la tregua en Ucrania.
Pese a que Rusia centró gran parte de la atención, los líderes de la OTAN también apuntaron sus miradas hacia la preocupante situación en Irak, donde el grupo yihadista Estado Islámico decapitó a rehenes estadounidenses y ahora amenaza con hacer lo mismo con un británico, mientras busca crear un «califato» que abarque Irak y Siria.
Sin embargo, Rasmussen solo pudo ofrecer revivir una vieja misión de entrenamiento y posiblemente asistir en coordinar transportes aéreos.
Nueve miembros de la OTAN -Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Dinamarca, Polonia, Turquía y Canadá-, así como Australia, acordaron combatir juntos contra EI.
Con la OTAN comprometida en nuevas iniciativas, como el RAP, Rasmussen subrayó que «en lo referente a la seguridad, lo barato sale caro».
Con semejantes consideraciones en mente, los líderes de los países de la OTAN que aún no cumplen con esta meta prometieron incrementar su gasto militar a un dos por ciento de su producto interno bruto (PIB) en el lapso «de una década».
La próxima cumbre de la OTAN se celebrará en Polonia en 2016, bajo la dirección del nuevo secretario general Jens Stoltenberg, ex primer ministro de Noruega. Stoltenberg asumirá formalmente su cargo el próximo 1 de octubre.
NUEVAS SANCIONES
Los embajadores de la Unión Europea (UE) se pusieron de acuerdo en un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, luego de duras negociaciones, según comunicaron hoy por la noche diplomáticos en Bruselas. El lunes se dará la aprobación definitiva a las medidas, cuando las diferentes capitales hayan dado luz verde a la iniciativa. Es probable que las sanciones sean publicadas el martes en el boletín oficial de la UE, con lo que entrarían en vigor.
Están previstas sanciones económicas más duras, así como prohibiciones de viaje y bloqueos de cuentas para unos 20 rusos de alto rango y separatistas del este de Ucrania, indicaron diplomáticos.
La UE quiere provocar que Rusia cambie su postura frente al conflicto en Ucrania.
Las nuevas sanciones afectan a las mismas áreas que las medidas que la UE impuso hasta ahora. Según los diplomáticos, se busca dificultar el acceso a créditos para los bancos estatales rusos, así como para las empresas de armamento y petroleras.
El bloque comunitario también quiere seguir limitando las exportaciones a Rusia de material de uso militar y ampliar la prohibición de exportaciones europeas de determinadas tecnologías para la explotación petrolera.
El presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, informaron del acuerdo a los jefes de Estado y de gobierno europeos a través de una carta.
«Nuestra intención es que la adopción formal de este paquete ocurra el lunes», dice el texto. Las medidas siguen el principio «de que las sanciones de la UE logren provocar un cambio de rumbo en el accionar de Rusia en Ucrania».
En el fin de semana se dará forma definitiva al texto, pero sólo en cuanto a detalles jurídicos e idiomáticos, indicaron los diplomáticos. Las negociaciones están finalizadas.
Ucrania: cauteloso optimismo
El presidente de Ucrania manifestó el jueves un «cauteloso optimismo» de que pueda concertarse un acuerdo de paz con los separatistas a los que apoya Rusia en las próximas conversaciones, aun cuando él y los gobernantes de las naciones de la OTAN coincidieron en la necesidad de castigar a Moscú por su papel en la insurgencia.
El presidente Petro Prosohenko dijo que está dispuesto a ordenar un alto el fuego en el este de Ucrania si es suscrito un acuerdo en el diálogo previsto para el viernes en Minsk, Bielorrusia. Los rebeldes dijeron que estaban dispuestos a declarar una tregua en caso de que se alcance un acuerdo para una solución política en la región, donde predomina el idioma ruso.
«Vean, Ucrania lucha por la paz», declaró Poroshenko en inglés en conferencia de prensa. «Es Ucrania la que paga el precio más alto todos los días, con la pérdida de vidas de soldados, de civiles inocentes», agregó.
Como jefe de estado, Poroshenko dijo que está «dispuesto a hacer mi mejor esfuerzo para parar la guerra», y expresó «un cauteloso optimismo» sobre la reunión.
Antes de viajar en avión a Gales para participar en las reuniones con los gobernantes de los países de la OTAN, Poroshenko conversó sobre los detalles superficiales de un acuerdo de paz con el presidente ruso Vladimir Putin, que también manifestó optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
Sin embargo, a pesar de las declaraciones optimistas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresó su escepticismo sobre el proceder de Rusia.
«Si las declaraciones recientes del presidente Putin representaran un esfuerzo genuino para encontrar una solución política, les daría la bienvenida porque eso es exactamente lo que necesitamos: un proceso político constructivo», manifestó Rasmussen.
«Sin embargo, lo que cuenta es lo que ocurre en la práctica, así hay que esperar para ver, y he de decir que ya hemos conocido antes declaraciones e iniciativas similares que han sido una cortina de humo para la persistente desestabilización de la situación en Ucrania por parte de Rusia», apuntó.
Desde mediados de abril, los separatistas a los que apoya Moscú combaten a las fuerzas del gobierno en un conflicto que, según cálculos de la ONU, ha dejado unos 2 mil 600 muertos. El jueves, un oficial militar de la OTAN dijo a The Associated Press que ha aumentado el número de soldados rusos implicados directamente en el conflicto.
«Nuestra evaluación actual es que miles de efectivos rusos de combate participan activamente en la lucha en Ucrania», dijo el oficial, que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre asuntos de inteligencia. La OTAN había fijado previamente en mil el número de soldados rusos.
Las fuerzas rusas «cuentan con amplio equipo de combate, como centenares de tanques y vehículos blindados, así como artillería y elementos de apoyo de lucha», dijo el funcionario de la OTAN.
CRONOLOGÍA
Tras la anexión de la península ucraniana de Crimea por parte de Rusia, el pasado marzo, el conflicto entre el nuevo gobierno prooccidental de Kiev y los separatistas prorrusos en el este de Ucrania no ha dejado de escalar.
6 de abril: Activistas rusoparlantes ocupan edificios de la administración pública durante violentas manifestaciones en el este de Ucrania.
13 de abril: La operación «antiterrorista» del gobierno de Ucrania contra separatistas en Slaviansk causa varios muertos y heridos.
14 de abril: Durante una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresa su preocupación por el apoyo ruso a los separatistas. Putin niega una intromisión de su país en Ucrania.
24 de abril: Tropas del gobierno ucraniano atacan con tanques y helicópteros a separatistas cerca de Slaviansk. Putin condena la operación.
12 de mayo: Donetsk y Lugansk se independizan del gobierno central en Kiev y se autoproclaman como «repúblicas populares». La «república popular» de Donetsk pide su incorporación a Rusia.
14 de mayo: La primera «mesa redonda» para resolver la crisis termina en Kiev sin resultados concretos. Se celebran más mesas de diálogo.
24 de mayo: Donetsk y Lugansk se unen para constituir la «Nueva Rusia», en la víspera de la elección de Petro Poroshenko como nuevo presidente de Ucrania.
20 de junio: Poroshenbko ordena un cese del fuego unilateral. Más tarde, los separatistas se suman a la tregua.
30 de junio: Rusia, Alemania, Francia y Ucrania acuerdan un plan para un cese del fuego definitivo.
1 de julio: Poroshenko declara por terminada la tregua. Los medios ucranianos dan cuenta de intensos enfrentamientos cerca de las ciudades de Slaviansk y Kramatorsk.
12 de julio. Las autoridades rusas denuncian una «catástrofe humanitaria» que afecta a más de 22 mil refugiados en su territorio.
14 de julio: Los insurgentes derriban dos aviones militares.
17 de julio: Se estrella en el este de Ucrania un avión comercial de la compañía Malaysia Airlines, causando la muerte de 298 personas. Kiev y los separatistas se acusan mutuamente de haber derribado el avión.
15 de agosto: Ucrania asegura haber destruido en su territorio varios vehículos militares rusos. Moscú desmiente las acusaciones de violación de la frontera.
22 de agosto: Tras una prolongada disputa, un convoy de ayuda humanitaria rusa cruza sin permiso la frontera con el este de Ucrania.
26 de agosto: Putin y Poroshenko se reúnen en Minsk para mantener su primera entrevista directa en casi tres meses.
28 de agosto: Según datos de la OTAN, Moscú ha enviado al este de Ucrania a más de mil soldados rusos fuertemente armados.
29 de agosto: La ONU informa que al menos 2 mil 593 personas han muerto desde que estallaron los combates en abril.
31 de agosto: Putin llama a Kiev a negociar con los separatistas la estructura estatal del este de Ucrania. Para Kiev y Occidente, las fronteras de Ucrania no pueden estar en discusión.
1 de septiembre: Los separatistas exigen un estatus especial para el este de Ucrania. Antes habían exigido el reconocimiento de un nuevo Estado llamado «Nueva Rusia».
3 de septiembre: Los separatistas aseguran que las tropas del gobierno han emprendido una retirada masiva. Poroshenko se declara dispuesto a aceptar un cese del fuego. Putin exige la verificación internacional de la proyectada tregua y presenta un plan de siete puntos para dirimir el conflicto.