Por SARAH DiLORENZO y MARIA CHENG,
LONDRES
Agencia AP

La prioridad es proporcionar equipo protector a los trabajadores de la salud en las zonas afectadas y que se les pague sueldos por trabajo peligroso, dijo el doctor David Nabarro, coordinador de la respuesta de la ONU al brote.

_Inter29_1bLos médicos y las enfermeras han sido particularmente vulnerables porque trabajan en contacto estrecho con enfermos de ébola, cuyos fluidos corporales transmiten el virus. Un obstetra estadounidense infectado se encuentra en Liberia, dijo a la organización misionera a la que pertenece.

Se han registrado unos 3.500 casos en Liberia, Sierra Leona, Guinea, Nigeria y Senegal, dijo la directora de la OMS, Margaret Chan.

«Este brote escapa a todos nuestros esfuerzos por controlarlo», dijo.

Por su parte, funcionarios estadounidenses advirtieron que el ébola probablemente se extenderá a otros países.

«Esta no es una enfermedad africana. Este virus amenaza a toda la humanidad», dijo Gayle Smith, colaboradora del presidente Barack Obama y directora del Consejo Nacional de Seguridad, en conferencia de prensa telefónica.

Muchos en el terreno han dicho que escasea el equipo protector para los trabajadores de la salud, muchos de los cuales resultaron infectados. El gobierno estadounidense está «elevando significativamente» las donaciones de equipos, dijo Smith.

La clave para terminar con el brote será aplicar las mismas medidas que en los anteriores: aislar y tratar a los enfermos, vigilar a sus contactos que pudieran haber sufrido contagio y enterrar correctamente a los muertos, dijo Tom Kenyon, de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.

Añadió que las vacunas y tratamientos experimentales no estarán disponibles a tiempo.

Una droga experimental es ZMapp, suministrada a siete personas durante este brote. El laboratorio fabricante ha dicho que sus existencias están agotadas y tardarán meses en producir nuevas dosis.

No está claro si el tratamiento es eficaz, ya que no ha sido ensayado con seres humanos. De los que recibieron ZMapp, algunos murieron y otros sobrevivieron.

William Pooley, un enfermero británico que contrajo ébola cuando trabajaba en Sierra Leona y fue tratado con ZMapp, se recuperó y recibió el alta de un hospital londinense

Pooley atribuyó su supervivencia a la atención que recibió.

«Fui muy afortunado en varios sentidos. Primero, en la calidad de la atención que recibí­, radicalmente distinta de la que recibe la gente en África occidental a pesar de los grandes esfuerzos de varias organizaciones», dijo Pooley a la prensa. «La otra diferencia es que mis síntomas no avanzaron a la peor etapa de la enfermedad».

Dijo que no se arrepentía de su decisión de ir a África occidental, pero que tenía recuerdos tanto de la muerte horrible que sufren los enfermos de ébola como de los momentos maravillosos en que los sobrevivientes recibían el alta.

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