Madrid,
Agencia dpa

«Eso depende de mis superiores, pero estoy dispuesta a hacer lo que digan», explicó hoy en su primera comparecencia pública en Madrid, al ser preguntada por los periodistas.

La religiosa, Juliana Bonoha, permaneció 21 días aislada en el Hospital Carlos III de Madrid tras ser repatriada el pasado 7 de agosto junto al cura Miguel Pajares, que se convirtió en la primera víctima mortal en Europa a consecuencia del virus.

«He estado bien, me han atendido estupendamente», dijo la monja.

Bonoha, de origen guineano y con pasaporte español, recordó emocionada a sus compañeras de la congregación religiosa a la que pertenece, que siguen en Liberia luchando contra un brote del ébola, el peor que se recuerda, que ha provocado ya la muerte de más de 1.400 personas en países de África occidental.

«Mi pensamiento y mi corazón siguen en Monrovia, recordando a muchas personas que luchan sin tener apenas recursos contra el ébola», dijo ante los periodistas con la voz quebrada. «Es duro pensar que yo estoy aquí y ellas allá».

El caso de Miguel Pajares es hasta ahora el único de ébola que se confirmó en España. «Era un gran padre para todas nosotras, un misionero auténtico que amaba a todos sin distinción y era un ejemplo a seguir», dijo la religiosa de él.

En España se activó varias veces en las últimas semanas el protocolo de actuación contra esta enfermedad, pero los resultados siempre fueron negativos.

El último descarte tuvo lugar hoy, después de que un hombre de 40 años acudiera a los servicios médicos con síntomas similares a los del ébola y fuera aislado en un hospital de Málaga (sur de España). Se le hicieron las pruebas pertinentes y los resultados confirmaron que no está contagiado.

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