Por SINAN SALAHEDDIN
BAGDAD /Agencia AP
En Bagdad, el atacante embistió su automóvil cargado de explosivos contra los portones de entrada al cuartel de inteligencia en el distrito Karrada. Murieron seis civiles y cinco guardias de seguridad, dijo un policía. Agregó que hubo 24 heridos.
Un funcionario médico confirmó la cifra de bajas. Ambos hablaron con la condición del anonimato por no estar autorizados a informar a la prensa.
El ataque se produjo horas después que el presidente del parlamento, Salim al-Jabouri, dijo que un comité de funcionarios de seguridad y legisladores investigaba el ataque del viernes a una mezquita en la provincia de Diyala, que dejó más de 60 muertos. El resultado de la investigación se espera para dentro de unos dos días.
No estaba en claro si el ataque en el pueblo de Imam Wais fue obra de milicianos chiíes o extremistas del Estado Islámico, que son suníes, que han avanzado a zonas mixtas suníes-chiíes en Diyala y han asesinado a otros suníes que se negaron a someterse a su interpretación extremista de la ley islámica.
En Kirkuk, representantes de combatientes curdos dijeron que decenas de personas resultaron heridas en las explosiones del sábado, ocurridas cerca de edificios utilizados como miradores.
Las fuentes hablaron en forma anónima porque no estaban autorizados a informar a los medios de comunicación, mientras que los residentes hicieron lo mismo por temor a represalias.
Las autoridades han dicho que muchos iraquíes que han huido de sus hogares viven cerca de donde ocurrieron las explosiones.
Desde principios de año, Irak enfrenta una ofensiva del Estado Islámico y suníes aliados, que han ocupado vastas zonas en el norte y oeste de Irak. El grupo se apoderó en junio de Mosul, la segunda ciudad iraquí, y ha declarado un califato en territorio bajo su control en Irak y la vecina Siria.
Funcionarios de seguridad en Diyala dijeron que el ataque del viernes comenzó con una explosión suicida cerca de la entrada de la mezquita. Enseguida varios pistoleros irrumpieron en el edificio y dispararon contra los feligreses. Por lo menos 64 personas murieron, incluso cuatro milicianos chiíes que detonaron inadvertidamente bombas colocadas por los atacantes mientras huían.
Legisladores suníes acusaron a milicianos chiíes de haber lanzado un ataque de represalia a la mezquita después que un convoy suyo fue atacado.