Roma,
Agencia dpa

«Renuevo mi urgente llamado a la comunidad internacional para que actúe con el fin de poner fin a la actual catástrofe humanitaria», escribió el Papa en la misiva dirigida a Ban, fechada el pasado sábado y dada a conocer hoy por el Vaticano.

«La ola de brutales ataques en el norte de Irak debe sacudir la conciencia de todos (…) e incitarlos a realizar actos solidarios concretos», afirmó el jefe de la Iglesia Católica.

Francisco pidió que a las personas afectadas por la violencia se les entregue la ayuda que necesitan urgentemente y se les garantice un retorno seguro a sus lugares de origen.

La comunidad internacional debe hacer cuanto esté en su poder «para impedir que continúe la violencia sistemática contra minorías étnicas y religiosas», exigió el pontífice argentino, de 77 años.

Francisco dijo en su misiva que ha seguido los acontecimientos en Irak «con el corazón dolorido» y que quería hacerle ver a Ban «las lágrimas, el sufrimiento y los clamorosos gritos de desesperación de los cristianos y de otras minorías religiosas».


VIAJE
Papa parte para Corea del Sur

El papa Francisco partió hoy de Roma para realizar una visita de cinco días a Corea del Sur, durante la cual está previsto que beatifique a más de 100 mártires católicos, encabece una reunión con jóvenes y haga un llamamiento para que se reduzcan las tensiones entre Corea del Sur y Corea del Norte.

La llegada de Francio a Seúl está prevista para las primeras horas del jueves. La presidenta Park Geun Hye acudirá al aeropuerto para darle la bienvenida al pontífice.

La beatificación de 125 mártires coreanos, asesinados en los siglos XVIII y XIX, se llevará a cabo el sábado en Seúl. Se espera que miles de surcoreanos asistan a la ceremonia.

El jefe de la Iglesia Católica viajará el domingo al castillo Haemi, que data del siglo XV, para reunirse con unos 6.000 jóvenes católicos procedentes de toda Asia. Para el lunes está programada la intervención del papa durante una Misa por la Paz y la Reconciliación en la capital surcoreana.

Alrededor del diez por ciento de la población surcoreana es católica y el número de personas que profesan esta religión no deja de crecer en este país.

Existen expectativas de que Francisco haga también un llamamiento a la libertad religiosa ante la persecución de católicos en Corea del Norte y China y que anuncie el intento de abrir un diálogo con el régimen comunista chino. China rompió relaciones con el Vaticano en 1951 y desde entonces nombra a sus propios obispos católicos.

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