Por Alexandra Mayer-Hohdahl
Lieja (Bélgica),
Agencia dpa

Hace cien años, las tropas alemanas decidieron invadir un país neutral en un conflicto que le costó la vida a cerca de 16 millones de personas.

Hoy, el presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, aprovechó el acto para recordar la necesidad de aprender de la historia. «Juntos, tenemos la responsabilidad del mundo», indicó. «No podemos mantenernos indiferentes mientras se violan los derechos humanos, cuando se amenaza o se actúa con violencia».

Sin embargo, sólo se refirió a los conflictos actuales en Cercano Oriente o en Ucrania de manera indirecta. «De nuevo se viola el derecho internacional en una región, en otras regiones del mundo se aplica el derecho a la guerra o se actúa con una violencia desproporcionada en conflictos».

«Demostremos no sólo con palabras de recuerdo y conmemoración, sino también con nuestra actuación en el presente y en el futuro que hemos aprendido realmente nuestra lección», indicó Gauck.

El jefe del Estado alemán pintó una imagen dura de la situación actual del mundo y condenó la violencia, las guerras civiles y el terror. «Todavía hoy en día la política y los convencimientos nacionales o religiosos siguen utilizándose como justificación de la violencia y el asesinato».

En base a ello, reclamó a los gobiernos actuar a favor «de la libertad y el derecho, de la resolución y la tolerancia y a favor de la justicia y la humanidad».

«En lugar del derecho de los más fuertes prevalece ahora en Europa la fuerza del derecho», agregó ante representantes de 83 países invitados al acto.

Por su parte, el presidente francés, François Hollande, se refirió a la crisis en Ucrania, Irak, Siria y la Franja de Gaza, recordando que es «el deber de Europa» mandar un mensaje de paz.

«No podemos ser simplemente los guardianes de la paz (…), no podemos simplemente evocar el culto de la memoria. También tenemos responsabilidades», afirmó. «El mayor riesgo que se cierne sobre nosotros es el regreso al egoísmo nacional, al separatismo o la xenofobia».

Mientras, el primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, recordó que con frecuencia algo pequeño es capaz de despertar «las peores tensiones». El político empleó la ocasión para agradecer a Bélgica por su papel durante la Primera Guerra Mundial.

El príncipe Guillermo de Inglaterra también aprovechó el acto para evocar las amenazas internacionales y destacar la presencia de Alemania y Austria «como símbolo de la reconciliación».

«Fuimos enemigos en más de una ocasión en el último siglo», recordó. «Hoy somos amigos y aliados», agregó el príncipe Guillermo de Inglaterra acompañado de su mujer, Kate.

Entre los asistentes a los actos conmemorativos en la localidad belga de Lieja se encontraba también el rey Felipe VI de España.

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