Darwin: La ciudad rodeada por más de 100 mil cocodrilos

Darwin, el pequeño territorio en el norte de Australia, alberga a más de 100,000 cocodrilos de agua salada. Así es como el guardaparque Kelly Erwin protege a la especie y, al mismo tiempo, mantiene la zona segura.

El puerto de Darwin es una pequeña ciudad en Australia rodeada de playas y humedales, hogar de aproximadamente 100,000 cocodrilos de agua salada salvajes, más que en cualquier otra parte del mundo. Kelly Erwin, el guardaparques estatal, trabaja atrapando y retirando cocodrilos mientras se balancea en una trampa flotante.

Según información de la BBC News Mundo, hace 50 años, los cocodrilos de agua salada, o ‘salties’ como los conocen los lugareños, fueron cazados hasta casi su extinción. En 1971, la caza de esta especie fue prohibida, lo que resultó en un rápido aumento de la población. Actualmente, siguen siendo una especie protegida y no enfrentan amenazas.

La protección y recuperación de estos cocodrilos ha adquirido gran relevancia en Australia, ya que ahora enfrentan un dilema distinto: cómo gestionar su número y mantener a la gente segura.

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VIVIENDO CON DEPREDADORES

Las temperaturas cálidas y los hábitats abundantes de la costa de Australia crean el entorno perfecto para estas especies, ya que necesitan calor para mantener constante la temperatura de su cuerpo.

La BBC explica que la mayoría de las especies de cocodrilos son inofensivas; sin embargo, el cocodrilo de agua salada es salvaje y agresivo. Aunque los incidentes de ataques de cocodrilo son raros, pueden ocurrir. La primera muerte causada por un cocodrilo de esta especie ocurrió en 2018.

El equipo de Kelly Erwin frecuenta la zona varios días a la semana, revisando las 24 trampas de cocodrilos instaladas en Darwin. Esta zona es muy popular para la pesca, y el trabajo de Erwin y su equipo es mantener segura a la gente del lugar. Kelly describe su labor como un esfuerzo para sacar la mayor cantidad de cocodrilos y así asegurar que los encuentros entre cocodrilos y personas sean mínimos.

Además, el gobierno del Territorio del Norte cuenta con un programa llamado Be Crocwise que educa a las personas para que los humanos puedan convivir con los depredadores más peligrosos, manteniendo las interacciones mínimas. Natasha Hiffman, directora del programa, explica que el objetivo es enseñar a las personas cómo mantenerse seguras en las vías fluviales, viviendo en un país rodeado de cocodrilos.

Los cocodrilos en el área norte de Australia han sido un tema de debate debido a la posibilidad de un sacrificio, ya que se trata de una especie protegida. A pesar de esto, en 2024 el gobierno de Australia aprobó un plan para la gestión de cocodrilos que permite matar anualmente entre 300 y 1,200 ejemplares, sumándose al trabajo de Kelly Erwin para eliminar a cualquier cocodrilo que represente una amenaza directa para la población.

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Cada vez que ocurre una muerte causada por esta especie, el debate se reaviva. Eva Lawler, líder del territorio, afirmó que no permitirá que la cantidad de reptiles supere a la población, que asciende a 250,000 habitantes, más que el número de cocodrilos en la zona.

EL NEGOCIO DE LOS DEPREDADORES

Además de la controversia que provocan, estos depredadores son un gran atractivo en el Territorio Norte de Australia, no solo para turistas, sino también para marcas de moda que desean comprar el cuero de los reptiles.

Los turistas pueden disfrutar de la atracción del salto del cocodrilo en el río Adelaide. Esta actividad consiste en ofrecer trozos de carne a los reptiles en la punta de un palo, con el fin de que salten fuera del agua para deleite de las personas. La cría comercial de cocodrilos, que surgió después de prohibirse la caza, se ha convertido en un motor económico de la zona.

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Marcas de moda como Louis Vuitton y Hermes venden bolsos Birkin 35 hechos de cuero de cocodrilo por hasta 800,000 dólares australianos, equivalentes a 500,000 dólares estadounidenses.

Mick Burns, uno de los criadores destacados del Territorio Norte, trabaja para estas marcas de lujo. Indicó que los incentivos comerciales se implementaron fácilmente para ayudar a la gente a tolerar a los cocodrilos, debido a que necesitan una licencia social para poder utilizar la vida silvestre.

UNA AMENAZA REAL 

Burns también tiene conexiones con un rancho en la remota Tierra de Arnhem, a unos 500 kilómetros al este de Darwin. Allí trabaja con guardaparques aborígenes para recolectar e incubar huevos de cocodrilo y vender sus pieles a la industria de artículos de lujo.

Otto Bulmaniya Campion, miembro de las comunidades ancestrales, subraya la importancia de tales asociaciones para que las poblaciones aborígenes compartan los beneficios financieros de la industria.

Durante miles de años, los cocodrilos han sido cruciales en las culturas indígenas, influyendo en sus historias, vidas y medios de subsistencia. Campion recuerda cómo sus antepasados intercambiaban pieles de cocodrilo por bienes esenciales. Hoy en día, desean que su propia gente maneje estos reptiles.

La cría de cocodrilos es controvertida, incluso si ayuda a la conservación. Activistas animalistas critican el confinamiento de cocodrilos en jaulas individuales para preservar la calidad de su piel. En Darwin, las opiniones sobre los cocodrilos varían, pero su amenaza sigue siendo real.

El profesor Webb advierte sobre el peligro de nadar en el río Adelaide, evidenciado por una cicatriz en su pierna resultante de un encuentro con un cocodrilo enojada mientras recolectaba huevos. Defiende el enfoque pragmático de las autoridades para gestionar los números de cocodrilos y generar ingresos, afirmando que han logrado una coexistencia única con estos grandes depredadores.

Con información de BBC**