Arte: Francisco Altán.
Arte: Francisco Altán.

El inicio del próximo mandato presidencial en Venezuela está previsto para el próximo viernes 10 de enero, cuando el congreso controlado por el partido gobernante organice una ceremonia de juramentación para el presidente Nicolás Maduro, a pesar de serias dudas sobre la validez de los resultados oficiales de las elecciones del año 2024.

Se espera que Maduro comience un tercer mandato de seis años en medio de manifestaciones de sus seguidores, pero no está claro si alguien entre los millones que votaron por su principal adversario, Edmundo González Urrutia, también protestará.

“¡El 10 es la cosa! Ya saben. Nos vemos en las calles, en la esquina, en el barrio, en perfecta fusión popular – militar – policial”, aseveró Maduro a través de un video publicado en su cuenta de redes sociales, con lo que ratifica que tomara posesión.

En tanto González, sostuvo este lunes 6 de enero una reunión con el presidente de Estados Unidos Joe Biden y que calificó como fructífera.

Edmundo González dice que la reunión con Biden fue «larga, fructífera y cordial»

González, quien afirmó haber ganado las elecciones del 28 de julio, dejó Venezuela para exiliarse en España en septiembre después de que un juez emitiera una orden de arresto en su contra.

Tomar posesión del cargo permitirá a Maduro consolidar un conjunto de políticas con las que asegura enfrentó la inflación pero que ya no cumplen con las promesas socialistas autoproclamadas por él y su predecesor y continúan despojando a Venezuela de su democracia. González ha dicho que tiene la intención de estar en Caracas el 10 de enero, pero no ha explicado cómo piensa hacerlo ni cuáles son sus planes al llegar.

Presidente venezolano Nicolás Maduro. Foto La Hora: EFE/ Prensa de Miraflores
Presidente venezolano Nicolás Maduro. Foto La Hora: EFE/ Prensa de Miraflores
QUIEN DEBE SER JURAMENTADO

Las dudas provienen de la falta de transparencia del gobierno en el manejo y anuncio de los resultados de la elección presidencial.

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, lleno de leales al partido gobernante, declaró a Maduro ganador horas después de cerradas las urnas. Sin embargo, a diferencia de elecciones presidenciales anteriores, las autoridades electorales no proporcionaron recuentos detallados de votos, alegando que un hackeo del sitio web les impidió hacerlo.

La oposición recopiló actas de escrutinio del 80% de las máquinas de votación electrónicas del país, las publicó en línea y dijo que los registros de votos detallados mostraban que González ganó la elección con el doble de votos que Maduro.

La condena global por la falta de transparencia llevó a Maduro a pedir al tribunal supremo del país, también lleno de aliados del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, que auditara los resultados electorales.

El tribunal, sin mostrar pruebas exhaustivas, posteriormente reafirmó la victoria de Maduro y alentó al consejo electoral a publicar los recuentos de votos.

Pero las autoridades electorales nunca lo hicieron, y tampoco lo hizo el partido gobernante, cuyos representantes de centros de votación tenían derecho a las actas de escrutinio de cada máquina de votación.

El Centro Carter, con sede en Estados Unidos, que el gobierno de Maduro invitó a observar la elección presidencial, ha dicho que las actas publicadas por la oposición son legítimas.

MANIFESTACIONES EN VENEZUELA

El gobierno frecuentemente programa manifestaciones, especialmente cuando quiere mostrar fuerza en números. Maduro ha llamado a los venezolanos a salir a las calles el día de la juramentación, pero no todos los que marchan con una camiseta pro gobierno lo apoyan.

El gobierno a menudo coacciona a empleados públicos y beneficiarios de ayudas estatales para que participen en las manifestaciones.

Si la gente protestará contra Maduro, el 10 de enero aún está por verse, ya que la campaña de represión postelectoral del gobierno, que incluyó la detención de más de 2 mil personas, ha tenido un efecto disuasorio.

Y aunque los partidarios de la oposición decidan manifestarse, no está claro quién los lideraría. El 5 de enero, la veterana de la oposición María Corina Machado instó a los partidarios a manifestarse el jueves en todo el país para sacar a Maduro del cargo.

Venezuela
Fotografía de archivo de la líder de oposición María Corina Machado. EFE/ Miguel Gutiérrez

“Maduro no va a salir por su propia voluntad, debemos hacer que se vaya con la fuerza de una población que nunca se rinde”, dijo Machado en un video en redes sociales. “Salgan, griten, luchen. Es hora de mantenerse firmes y hacerles entender que hasta aquí llegaron. Que esto se acabó”.

Machado, quien ha estado escondida durante meses en un lugar no revelado para evitar ser arrestada, dijo a los partidarios que “estaré con” ellos el 9 de enero.

Mientras tanto, González permanece fuera de Venezuela y los líderes de la oposición que a menudo lo acompañaban a él y a Machado en los mítines de campaña fueron encarcelados después de las elecciones.

ASISTENTES A LA JURAMENTACIÓN

Se espera que asistan miembros de la Asamblea Nacional, ministros y aliados cercanos de Maduro dentro de Venezuela.

La oficina centralizada de información pública del gobierno no respondió de momento a una solicitud de The Associated Press para obtener una lista de los jefes de Estado que han confirmado su asistencia.

Pero la lista podría ser muy breve porque la crisis postelectoral del país ha aislado aún más a Maduro.

Maduro ha enfrentado críticas por la falta de transparencia en las elecciones de docenas de países, incluidos los vecinos Colombia y Brasil, cuyos líderes habían sido amigables con él en prácticamente todos los demás asuntos.

Incluso intentaron intermediar un acuerdo de paz entre su gobierno y la oposición después de la votación de julio. Ninguno de los presidentes de esos países asistirá a la ceremonia del viernes y en su lugar enviarán representantes.

La última inauguración de Maduro, en 2019, fue atendida por el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales.

PANORAMA CON MADURO JURAMENTADO

Las escaseces de alimentos y la aguda inflación que caracterizaron la mayor parte de los 11 años de presidencia de Maduro han disminuido, pero la prolongada crisis del país no tiene fin a la vista.

Hoy en día, el venezolano promedio debe hacer frente a un salario mínimo mensual de menos de 2 dólares, precios de alimentos en aumento, suministro irregular de combustible y un sistema de educación pública deficiente, además de una corrupción que no enfrente ningún escollo judicial.

Venezuela
Foto de archivo de simpatizantes de la líder opositora María Corina Machado y del opositor Edmundo González, que piden libertad de presos políticos de la oposición detenidos tras las elecciones del 28 de julio. EFE/ Miguel Gutierrez

Pero al mismo tiempo, unos pocos afortunados con vínculos con Maduro y sus aliados se benefician de trabajos y contratos que les permiten pagar papel higiénico importado que cuesta 70 dólares, importar y vender vehículos, abrir restaurantes hechos para Instagram y ofrecer experiencias de turismo de lujo.

Esa desigualdad es precisamente la que se suponía que iba a desaparecer bajo las políticas que el mentor y predecesor de Maduro, el difunto presidente Hugo Chávez, describió como el socialismo del siglo XXI.

Es de esperar que aumente a medida que el gobierno continúa luchando con una economía dependiente del petróleo paralizada por la limitada producción de crudo, la corrupción, la mala gestión, las sanciones económicas, el acceso al crédito firmemente restringido y la falta de inversión privada.

Antes de las elecciones, los votantes de todo el país dijeron repetidamente que ellos o sus seres queridos emigrarían si Maduro permanecía en el poder. Bajo su mandato, más de 7,7 millones de venezolanos ya han abandonado su país en busca de mejores condiciones de vida.

Con información de EFE y AP***

Kenneth Jordan
Periodista y fotógrafo apasionado por lo intrigante del mundo, buscando los detalles únicos con una mirada de curiosidad y asombro constante.
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