Guatemalteco Pedro Maldonaldo y su familia cuentan historia de horror en Minneapolis

Jaylenne Zeceña
Jaylenne Zeceña

Este miércoles 27 de agosto se registró un tiroteo en una escuela católica Annunciation de Minneapolis que dejó dos niños fallecidos y al menos veinte heridas. En medio del caos, una familia guatemalteca compartió su testimonio con la cadena CNN: Pedro Maldonado y su esposa Carla relataron cómo vivieron de cerca el ataque mientras sus dos hijos permanecían dentro de la institución.

UNA FAMILIA GUATEMALTECA EN MEDIO DEL CAOS

Pedro Maldonado relató a CNN que, tras escuchar los disparos desde su vivienda, a pocas cuadras de la escuela, corrió decidido hacia el lugar: “Voy a intentar salvar tantos niños como pueda, incluso si tengo que dar mi vida”, afirmó.

Su esposa Carla describió que al llegar al área vio “una sombra naranja cerca de la escuela” y escuchó proyectiles que parecían rozar el suelo. “Sentí que algo tocó mi pie, como si hubiera rebotado del pavimento”, dijo. Según su testimonio, en ese momento ya habían alertado al 911.

Tiroteo en Minneapolis EE.UU., deja veinte heridos y dos fallecidos

EL REENCUENTRO CON SUS HIJOS

Los hijos de la pareja, de 7 y 11 años, estaban dentro del establecimiento cuando se desató el ataque. Maldonado los encontró poco después dentro de la iglesia anexa al colegio, donde docentes y agentes de policía mantenían a los niños a salvo. “Las cosas que vi no desearía que nadie lo viera nunca en sus vidas, porque fue terrible”, aseguró.

Carla confirmó que sus hijos conocían a algunas de las familias de las víctimas. “Ambos nuestros hijos, y nosotros también, conocemos a las familias de los dos niños que han fallecido”, declaró a CNN.

“ES HORRIBLE QUE LOS NIÑOS DEBAN ESTAR PREPARADOS”

La pareja destacó que la escuela realizaba con frecuencia simulacros de tiroteos, conocidos como “drills de confinamiento”. Pedro señaló que esa preparación pudo salvar vidas: “Estoy agradecido con la escuela y con los primeros en actuar, lo hicieron increíble”.

Sin embargo, Carla expresó indignación por la necesidad de entrenar a los niños para sobrevivir a un ataque armado: “Es horrible que tengamos que preparar a nuestros hijos para protegerlos de un asalto en la escuela. Una vida perdida ya es demasiado y no está bien”, finalizó.