El presidente Donald Trump confirmó que el próximo lunes, delegaciones de Estados Unidos y China se reunirán en la capital británica con el objetivo de avanzar en un acuerdo que ponga fin a la prolongada disputa arancelaria.
Según informó Infobae, el mandatario estadounidense anunció que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, junto con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el representante comercial, Jamieson Greer, encabezarán la delegación que se reunirá con sus pares chinos este lunes 9 de junio en Londres.
«Se espera que la reunión sea muy exitosa», publicó Trump en su red Truth Social. El anuncio llega justo después de una llamada telefónica de 90 minutos entre Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, que, según el medio chino Xinhua, fue “muy positiva”.

UNA TREGUA ARANCELARIA EN MEDIO DE LAS TENSIONES
La guerra comercial entre las dos principales economías del mundo ha sido una de las mayores fuentes de incertidumbre global en los últimos meses. Según DW, desde que Trump inició su ofensiva comercial este año, los aranceles mutuos alcanzaron picos históricos: Estados Unidos llegó a imponer hasta un 145% en impuestos a productos chinos, mientras que China respondió con contramedidas de hasta 125%.
En mayo, como resultado de las negociaciones previas celebradas en Ginebra, ambas partes acordaron una tregua de tres meses. Los aranceles estadounidenses bajaron a un 30%, mientras que los chinos fueron reducidos al 10%. Sin embargo, temas sensibles como el control de China sobre el mercado mundial de tierras raras y el tráfico de precursores del fentanilo han complicado los avances.
De acuerdo con El País, Washington ha expresado reiteradas quejas por las restricciones chinas en la exportación de minerales críticos, lo que ha afectado a su industria tecnológica. China controla el 70% del mercado global de estos recursos estratégicos.
UN DIÁLOGO POLÍTICO QUE BUSCA NUEVO RUMBO
La conversación entre Trump y Xi no solo buscó solucionar cuestiones económicas, sino también enviar señales políticas. Trump invitó a Xi a visitar Estados Unidos, mientras que el líder chino extendió una invitación recíproca a Trump y a la primera dama, Melania Trump. Como subrayó Infobae, Trump incluso declaró que sería un “honor” recibir a estudiantes chinos en universidades estadounidenses, en un intento por distender una relación bilateral marcada por la desconfianza.
No obstante, el escepticismo persiste en los mercados. Según El País, aunque Wall Street reaccionó con moderado optimismo, aún hay dudas sobre si esta ronda de negociaciones logrará resultados concretos ante las restricciones tecnológicas y las tensiones sobre Taiwán que siguen sobre la mesa.
LONDRES, PUNTO DE INFLEXIÓN
La elección de Londres como sede para la reunión no es casual: se trata de un territorio neutral, fuera del foco de la confrontación directa. Esta será la segunda ronda de conversaciones desde que Trump relanzó su guerra comercial. El resultado de esta cita podría marcar un punto de inflexión en la relación bilateral o, por el contrario, volver a escalar un conflicto con profundas repercusiones económicas globales.
Para Trump, según DW, el gesto diplomático también busca reforzar su perfil de negociador eficaz. Para China, es una oportunidad de recuperar acceso a tecnologías clave y restaurar la confianza de los inversores internacionales.
Aranceles de Trump: EE.UU. y China acuerdan su reducción en un 115%
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