
El príncipe Harry habría considerado abandonar legalmente el apellido Mountbatten-Windsor para adoptar el de su madre, Spencer, en un gesto cargado de simbolismo que habría marcado una ruptura definitiva con la familia real británica. La revelación fue publicada en exclusiva por el Daily Mail.
De acuerdo con Infobae, el duque de Sussex planteó esta posibilidad durante una visita a Reino Unido, donde sostuvo una conversación privada con su tío materno, Charles Spencer, hermano de la fallecida princesa Diana. La charla, descrita como amistosa, fue clave: el conde Spencer le aconsejó no avanzar con el cambio.
“Tuvieron una conversación muy amistosa y Spencer le aconsejó que no diera ese paso”, habría declarado un amigo cercano al príncipe al Daily Mail, citado por Vanity Fair.
A UN PASO DE INTENSIFICAR LA RUPTURA FAMILIAR
El motivo detrás de la idea de Harry sería su deseo de distanciarse, al menos simbólicamente, de la familia real británica y del legado institucional asociado al apellido Mountbatten-Windsor. Según Infobae, esta reflexión ocurrió en medio de tensiones prolongadas con su padre, el rey Carlos III, y su hermano, el príncipe William.
Según Vanity Fair, fuentes cercanas a la familia indicaron que el cambio de apellido habría significado una separación formal del linaje real, una decisión que podría haber deteriorado aún más la relación con su núcleo familiar. El consejo de su tío materno evitó que el gesto se concretara.
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EL SIMBOLISMO DE LOS APELLIDOS
El apellido Mountbatten-Windsor fue creado en 1960 para los descendientes de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, uniendo ambos linajes familiares. Felipe adoptó el apellido Mountbatten al nacionalizarse británico en 1947, mientras que Windsor fue instituido en 1917 por el rey Jorge V para reemplazar al germánico Coburg-Gotha, durante la Primera Guerra Mundial, según contextualiza Infobae.
Los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle, Archie y Lilibet, figuran en sus certificados de nacimiento como Mountbatten-Windsor. De haberse concretado el cambio, la niña habría pasado a llamarse legalmente Lilibet Diana Spencer, evocando directamente a su abuela materna, la princesa Diana de Gales.
Este debate sobre los apellidos refleja tensiones entre la tradición monárquica y la identidad personal. Para Harry, asumir el apellido Spencer habría significado una reivindicación del legado materno, alejado de las estructuras de la monarquía.
MEGHAN MARKLE Y EL APELLIDO «SUSSEX»
Mientras Harry contemplaba esa posibilidad, su esposa, Meghan Markle, reafirmaba públicamente su vínculo con el título nobiliario Sussex, el cual considera su apellido, según ha manifestado en varias ocasiones, de acuerdo con Infobae. Esta postura refuerza la identidad que ambos han construido desde que se apartaron de sus deberes reales en 2020.
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