
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles 8 de octubre, que evalúa viajar este fin de semana a Oriente Medio en caso de que las negociaciones en Egipto logren avances sustanciales hacia un acuerdo de paz entre Israel y Hamás. El mandatario aseguró que el pacto está “muy cerca” de concretarse.
Según EFE, el tesoro diplomático estadounidense ha publicado los primeros informes del plan, que incluye la liberación de rehenes, el desarme parcial de Hamás y la instauración de una autoridad transitoria para gobernar Gaza. El viaje de Trump se plantearía como muestra de respaldo al proceso y símbolo de compromiso directo.
De acuerdo con Infobae, Trump afirmó desde la Casa Blanca que “hay una posibilidad real” de alcanzar un acuerdo que traiga paz duradera a Medio Oriente. En ese sentido, instó a ambas partes a cumplir con los términos del plan promovido por su administración.
CLAVES DEL PLAN Y RESPUESTA DE LAS PARTES
El paquete de 20 puntos diseñado por Trump contempla varios elementos centrales: el cese inmediato del fuego, la entrega de todos los rehenes en 72 horas, la liberación de prisioneros palestinos, el desarme de Hamás y una administración temporal internacional de Gaza bajo supervisión externa. EFE recuerda que este esquema busca mediar entre las demandas israelíes y las exigencias palestinas para evitar reanudaciones de violencia.
El País reportó que ya hay intercambios de listas de prisioneros y rehenes entre Israel y Hamás, lo que alimenta la esperanza de que el acuerdo pueda activarse pronto. Sin embargo, también advirtió que los principales obstáculos siguen siendo el control territorial, las garantías de seguridad y la transición política en Gaza.
Infobae agregó que, tras la respuesta favorable parcial de Hamás, Israel ya se prepara para poner en marcha la primera etapa del plan, mientras las autoridades israelíes realizan ajustes operativos para facilitar la liberación de rehenes y reducir daños colaterales.
RIESGOS Y EXPECTATIVAS DEL VIAJE
El traslado de Trump a la región implicaría varios riesgos diplomáticos, entre ellos la seguridad en zonas conflictivas, la percepción internacional del papel de EE. UU. en la mediación, y la posibilidad de que el acuerdo fracase tras su partida. De aprobarse el viaje, estaría diseñado para coincidir con un momento simbólico del estallido del conflicto hace dos años.
Según EFE, el plan de paz también es visto como una jugada estratégica: proyectar liderazgo estadounidense y posicionar al presidente como artífice del cese del conflicto. Además, el viaje podría servir para dar visibilidad internacional al pacto, más allá de la implementación técnica.