El Papa Juan Pablo II siendo asistido en el papamóvil inmediatamente después del atentado. Ciudad del Vaticano, 1981. Foto: Wikimedia Commons/ La Hora
El Papa Juan Pablo II siendo asistido en el papamóvil inmediatamente después del atentado. Ciudad del Vaticano, 1981. Foto: Wikimedia Commons/ La Hora

En 1981, el fervor que inundaba la Plaza de San Pedro fue interrumpido por cuatro impactos de bala que hirieron gravemente al entonces sumo pontífice Juan Pablo II, marcando el 13 de mayo como un día histórico.

Juan Pablo II (1920-2005), fue elegido como Papa a finales de 1978, fue el primer Papa no italiano después de 455 años, desde la época de Adriano VI, el primer polaco de la historia y también el primer Pontífice de un país de habla eslava, detalla el portal Vatican News.

 

PELIGRO ENTRE LA MULTITUD

Ese 13 de mayo, miles de personas se encontraban en la Plaza de San Pedro en Ciudad del Vaticano, en donde se habían congregado para rendir tributo a la Virgen de Fátima, entre la multitud se escondía un hombre armado que planeaba acabar con la vida de Juan Pablo II.

Según datos de National Geographic, se trataba de Mehmet Ali Ağca, un joven de origen turco de 23 años de edad quien, moviéndose entre la multitud, aprovechó para acercarse al Papa y, a una distancia relativamente corta, disparó varias veces con un arma semiautomática de 9mm.

Pese a los esfuerzos de varios testigos por detener al tirador, el daño ya estaba hecho, Juan Pablo II había recibido impactos de bala en el abdomen y otros dos en la mano y brazo. Según detalla el referido medio, unas monjas que se encontraban cerca en el momento del tiroteo impidieron que siguiera disparando y, momentos más tarde, fue detenido.

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SALVADO DE MILAGRO

Las detonaciones desataron gritos de la multitud, muchos de ellos se postraron de rodillas para iniciar una oración pidiendo por la vida del Sumo Pontífice. Las balas, aunque impactaron en el abdomen, no tocaron puntos vitales, permitiendo que Juan Pablo II saliera con vida, después de ser intervenido de urgencia.

Contra todo pronóstico, las consecuencias del atentado no fueron graves y la recuperación del Papa, aunque larga, no fue de lo más compleja.

Las imágenes del trágico momento fueron televisadas en vivo, y hasta hoy continúan conmocionado al mundo entero.

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**Con información de National Geographic / Vatican News

Karina Pérez
Periodista y licenciada en Ciencias de la Comunicación, con compromiso ético y vocación de informar
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