La Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) finalizó este martes con una condena generalizada a la vulneración de la sede diplomática mexicana en Quito.
Tras ser pospuesta a petición de México, la reunión virtual de los presidentes latinoamericanos se realizó el pasado martes, en donde los mandatarios revisaron una propuesta de «firme condena» y eventuales sanciones a Ecuador por el allanamiento a la embajada mexicana, para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.
Esto llevó a cinco países, Argentina, Costa Rica, Paraguay, Perú y Uruguay, a expresar el miércoles en un comunicado conjunto que las decisiones de este bloque de 33 naciones «deben ser por consenso».
RECHAZO INTERNACIONAL
Ante lo acontecido en la sede diplomática mexicana en Quito, varios de los países participantes en la Celac, se pronunciaron al respecto.
Venezuela ordenó el martes el cierre de su embajada en Ecuador, en apoyo a México.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, no participó en la cita, en su lugar estuvo su representante virtual, la canciller Gabriela Sommerfeld. El gobierno ecuatoriano tampoco emitió reacciones inmediatas a la decisión y comentarios del mandatario venezolano.
Honduras, que ostenta la presidencia de la organización, llamó a consultas a su encargada de negocios en Ecuador y anunció el respaldo a todas las acciones de México, informó el martes por la tarde el canciller hondureño, Enrique Reina, en su cuenta oficial de X, antes Twitter.
Durante la cumbre, el presidente colombiano, Gustavo Petro, al igual que Maduro, calificó el allanamiento de la embajada mexicana como un acto de «barbarie”.
Otros mandatarios como el brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, o el guatemalteco Bernardo Arévalo, se unieron a la condena de los hechos, pero instaron a que la Celac trabaje para que México y Ecuador retomen el camino del diálogo.
México aspiraba a que la treintena de países que integran la Celac se sumarán a la demanda que presentó contra Ecuador por la violenta irrupción de las fuerzas de seguridad ecuatorianas en su embajada el 5 de abril para detener a Glas.
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