El senador Ted Cruz, republicano por Texas, sale del pleno del Senado al concluir otro día del segundo juicio político contra el expresidente Donald Trump. Foto La Hora/AP/Mandel Ngan/Pool vía AP.

Por LISA MASCARO, ERIC TUCKER, MARY CLARE JALONICK y JILL COLVIN
WASHINGTON
Agencia AP

La democracia estadounidense enfrenta graves daños a futuro a consecuencia de las violentas y falaces provocaciones de Donald Trump, a menos que el Senado lo condene y le prohíba postularse en el futuro, insistieron ayer los fiscales demócratas al concluir dos días de emotivos alegatos en el histórico segundo juicio político del exmandatario.

Al exponer sus argumentos, los fiscales presentaron una gran cantidad de nuevos videos sobre el letal ataque del mes pasado contra el Capitolio, en los que se ve a los miembros de la turba declarar orgullosos que simplemente obedecían a «las órdenes del presidente» de luchar para revertir los resultados electorales mientras el Congreso certificaba su derrota ante el demócrata Joe Biden. Trump está acusado de incitar la insurrección, y los fiscales señalaron que era un final predecible dadas las múltiples instrucciones públicas y detalladas que les dio a sus simpatizantes mucho antes de su discurso en la Casa Blanca que desató el asalto del 6 de enero.

«Si pretendemos que esto no sucedió, o peor, si permitimos que no tenga consecuencias, ¿quién dice que no sucederá de nuevo?», argumentó el representante demócrata Joe Neguse, en su calidad de fiscal. Los demócratas advirtieron que, incluso fuera del gobierno, Trump podría incitar a una turba de simpatizantes a causar daños similares.

La defensa de Trump subirá al estrado del Senado hoy para argumentar que, aunque terrible, dicho ataque no fue obra del exmandatario. El proceso podría culminar con una votación este fin de semana por parte de los senadores, que fungen como jurado.

Los demócratas, que tienen pocas esperanzas de lograr una condena de parte de las dos terceras partes de un Senado dividido exactamente por la mitad, también están presentando sus argumentos ante el pueblo estadounidense, mientras que los abogados de Trump y los republicanos se enfocan más en lo legal que en las cuestiones emotivas o histórica, con la esperanza de dejar todo esto en el pasado lo más rápido posible. Cinco personas murieron a causa del asalto al Capitolio y sus secuelas.

El segundo juicio político a Trump, bajo el cargo de incitar a una insurrección, es similar al proceso que enfrentó el año pasado en torno a sus relaciones con Ucrania, y los fiscales advierten al Senado que Trump ha demostrado que no tiene límites y representa un peligro constante al orden público a menos que sea condenado. Incluso fuera de la Casa Blanca, el exmandatario tiene una gran influencia sobre una enorme cantidad de votantes.

Los representantes demócratas que fungen como fiscales trazaron una línea recta entre los reiterados comentarios de Trump en los que condonaba e incluso celebraba la violencia —elogiando «a ambas partes» después una marcha de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, en 2017 — y los comentarios con que exhortó a sus simpatizantes el mes pasado a dirigirse hacia el Capitolio y luchar por su presidencia. Propagó afirmaciones falsas de fraude electoral y pidió a sus seguidores que «detuvieran el robo» de su presidencia.

Los fiscales utilizaron los mismos videos que los manifestantes grabaron ese día para responsabilizar a Trump. «Fuimos invitados aquí», dijo uno de ellos. «Trump nos envió», dijo otro. «Él va a estar feliz. Estamos luchando por Trump».

«Realmente creyeron que toda esta invasión fue por órdenes del Presidente», dijo la representante Diana DeGette. «El Presidente les dijo que vinieran».

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