Por SAMEER N. YACOUB,
BAGDAD
Agencia AP

En su discurso semanal, al-Maliki dijo que su gabinete hace enormes esfuerzos para aliviar el sufrimiento de los desplazados, en su mayoría chiís y cristianos desplazados por la ofensiva relámpago del grupo extremista Estado Islámico y sus aliados. Dijo que se han asignado dos desembolsos de 500 mil millones de dinares (429 millones de dólares) cada uno para ayudar a los desplazados.

«Sentimos pesar por los padecimientos de nuestro pueblo, pero el gobierno ha tomado decisiones, gastado dinero ilimitadamente y formado una comisión ministerial para entregar ayuda y brindar cuidados a la gente desplazada», dijo el mandatario.

El avance vertiginoso del grupo extremista, que tomó Mosul, la segunda ciudad del país, y buena parte del norte y oeste de Irak, provocó la crisis más grave desde el retiro de las fuerzas estadounidenses a fines de 2011. Más de un millón de iraquíes son refugiados o desplazados.

Al-Maliki exhortó a los habitantes de las zonas de mayoría suní copadas por Estado Islámico y sus aliados a combatir a los insurgentes.

«Les digo a ustedes, personas de esas áreas, que su participación en la limpieza de esas áreas se ha vuelto esencial y necesaria», dijo el jefe del gobierno.

La ofensiva relámpago comenzó el mes pasado con la toma de Mosul por el Estado Islámico. Desde allí, los milicianos tomaron un amplio territorio sobre la frontera con Siria y proclamó un califato islámico. Pero su ofensiva se detuvo gradualmente al llegar a las zonas de mayoría chií.

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