Foto La Hora: EFE
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Dispersa, sin prisa y sin destinos definidos, una caravana de aproximadamente 350 migrantes se mueve por la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, después de haber entrado esta semana al estado de Oaxaca, en el sur del país y segunda entidad de la ruta migratoria tras partir el 24 de enero desde Tapachula, Chiapas, en un contingente inicial de 1.500 migrantes.

Las noticias que les llegan del endurecimiento de las políticas migratorias en la frontera México-Estados Unidos los mantienen en la incertidumbre y con la esperanza de que la situación se destense para quienes desean ingresar a la Unión Americana sin documentos pero con la fe de encontrar trabajo.

“Yo voy paso a paso, así calmadita porque yo sé que eso va a pasar, estamos esperando a que ‘baje la marea’ porque yo desde que salí de mi casa, dije que esa era la meta (Estados Unidos), pero surgieron estos problemas y esperando en Dios que todo pase y vamos con paciencia, no vamos con prisa”, dijo este miércoles a EFE Esmeralda Castaneda, migrante procedente de El Salvador.

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EL TRAYECTO

El grupo de migrantes llegó este miércoles 05 de febrero al municipio de Zanatepec, Oaxaca, luego de recorrer 25 kilómetros caminando desde Tapanatepec sobre la carretera transístmica con una temperatura mayor de los 30 grados Celsius.

En Zanatepec, la autoridad municipal les destinó un terreno para que descansaran una noche. Es un espacio abierto, casi a la intemperie, pero para protegerlos del sol intenso les colocaron un techo improvisado con una lona y sostenidos con pilares de hierro.

«Imagínense el lugar donde lo vienen a meter a uno, como si fuera un animal, en estos caminos llega uno súper cansado por ayudar a la familia, la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) no sirve, las citas las detuvieron, o sea que uno se arriesga en estos lugares a lo que venga”, narró Maritza Escobar, una madre quien dejó a sus tres hijos en El Salvador de 17, 12 y 10 años, con la promesa de trabajar en Estados Unidos y construirles su casa.

En Zanatepec la caravana fue auxiliada con agua purificada y alimentos como atún y galletas y la posibilidad abierta de retornarlos a sus países de origen si alguno de ellos decide no continuar su camino.

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ESTÁN POR LLEGAR A CIUDAD DE MÉXICO

Desde las últimas caravanas que cruzaban Oaxaca previo a la llegada al poder del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 20 de enero, este es el grupo más reducido que avanza lentamente por la carretera transístmica, previendo llegar a la Ciudad de México y de ahí seguir su camino a los estados fronterizos mexicanos.

Apenas el pasado lunes, el Gobierno mexicano logró un acuerdo con Trump de pausar por un mes la imposición de aranceles del 25 % a productos mexicanos que ingresen a Estados Unidos, a cambio de desplegar a 10.000 agentes de la Guardia Nacional (GN) de México en la frontera.

Los recientes acuerdos entre Sheinbaum y Trump buscan combatir el tráfico de drogas, en especial el fentanilo, pero también para evitar la migración, según las exigencias del mandatario estadounidense.

Luego de poco más de dos semanas de que Trump regresara a la presidencia de Estados Unidos, la incertidumbre y el miedo se han apoderado de la comunidad migrante en la frontera con México. Las deportaciones masivas, la cancelación de citas y el endurecimiento de las políticas migratorias han dejado a miles de personas en una pausa y sin respuestas claras del Gobierno de México.

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