Verónica Vera, en el centro, vende pan en la calle en Buenos Aires, Argentina, el viernes 20 de septiembre de 2024. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
Verónica Vera, en el centro, vende pan en la calle en Buenos Aires, Argentina, el viernes 20 de septiembre de 2024. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

La pobreza en Argentina se disparó en el primer semestre del año alcanzando a un 52,9% de la población de unos 47,3 millones de habitantes, lo que representa un duro golpe para el gobierno del ultraliberal Javier Milei, quien llegó al poder el 10 de diciembre.

La cifra revelada el jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) supone un empeoramiento de las variables sociales en 11,2 puntos porcentuales respecto al segundo semestre de 2023, cuando 41,7% de la población era pobre. En tanto, la indigencia —la pobreza extrema– afecta al 18,1% de los ciudadanos respecto al 11,9% del último semestre.

El índice de pobreza recién difundido es el más alto desde 2003, cuando alcanzó al 54% de la población, señalaron expertos.

El instituto oficial mide la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos.

El creciente deterioro se debe en gran parte a la licuación de los ingresos de los ciudadanos por el alza de los precios de alimentos y otros productos básicos y la liberación de las tarifas de la luz, agua, gas y transporte.

También influyó la caída de la actividad económica y un aumento del desempleo en el marco de las políticas de ajuste que aplicó Milei con el argumento de combatir el déficit y atajar la inflación, que ha bajado desde dos dígitos a 4,2% mensual.

El encarecimiento de la vida, en tanto, es de alrededor del 236% interanual, una tasa que sitúa a Argentina entre los países con más inflación en el mundo.

 

 

La pobreza se mide teniendo en cuenta la capacidad monetaria de la población de acceder a una canasta de alimentos y elementos como vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda. En tanto la de indigencia se calcula según la posibilidad de acceder solo a una canasta básica de alimentos.

La publicación del Indec también da cuenta de que en el primer semestre de este año un 66,1% de los menores de 14 años integraba hogares pobres.

El gobierno argentino señaló con anterioridad a la revelación de las cifras que el deterioro obedece a las malas políticas de administraciones anteriores.

Manuel Adorni, portavoz presidencial, afirmó que el Indec “volverá a reflejar la cruda realidad que está atravesando la sociedad” como “consecuencia del populismo que ha sometido a la Argentina a tantos años de desgracias y devastación”.

Adorni remarcó que el gobierno de Milei “heredó la peor herencia que recibió un gobierno en democracia” y que “la mejor manera de luchar contra la pobreza es luchar contra la inflación”, tal como ha hecho esta administración bajándola del 25,5% de diciembre al 4,2% en agosto.

El vocero indicó que las amargas medidas de ajuste eran necesarias para equilibrar variables distorsionadas y destacó que ya se vislumbran “los primeros signos de recuperación”.

Los expertos han vaticinado que el Producto Interno Bruto caerá este año más del 3% del Producto Interno Bruto.

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina en la Universidad Católica Argentina, indicó a The Associated Press que la pobreza aumentó sobre todo en el primer trimestre del año “como resultado de un efecto devaluatorio que hubo en diciembre, una caída de la obra pública y del gasto público y una desactualización de las remuneraciones de los salarios… Todo en medio de una política de mucha austeridad”.

Lucas Romero, de Synopsis Consultores, dijo a su vez que este dato “malo” sobre la situación social “va a permear» en la opinión pública.

La ventaja de Milei, según el analista, es que «había advertido cuando asumió que el ajuste era inevitable y que iba a producir un impacto negativo en términos de pobreza”.

Romero indicó que, de todas formas, “será aún más necesario para el presidente mostrar resultados económicos favorables en el segundo semestre para tratar de cumplir con su promesa” de mejorar el país, algo que hoy los argentinos no están percibiendo.

“Este 52,9% le pone nombre y apellido a la situación social. O sea, ya está dimensionado el problema y eso hace que la gente pueda ahora evaluar lo que el gobierno está produciendo y el esfuerzo que le pidió hacer”, sostuvo el analista.

Advirtió que los más vulnerables en Argentina son mayoritariamente votantes opositores a Milei, “por lo que uno puede asumir que le tendrán menos paciencia”.

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