El presidente venezolano Nicolás Maduro debe respetar los resultados de las elecciones previstas para el domingo, señaló el lunes su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que dijo estar “asustado” por la referencia de Maduro de un posible baño de sangre postelectoral.
El mandatario brasileño enviará a un alto diplomático a la vecina Venezuela para que funja como observador de las elecciones.
“Maduro sabe que la única posibilidad para que Venezuela vuelva a la normalidad es tener un proceso electoral que sea respetado por todos”, dijo Lula a los periodistas en la residencia presidencial de Brasilia. “Tiene que respetar el proceso democrático”.
Maduro ha gobernado Venezuela desde 2013, asumiendo el poder tras la muerte de su predecesor y mentor Hugo Chávez. El hombre de 61 años ganó unas elecciones que sus adversarios consideraron que no fueron libres ni justas. Su reelección de 2018 fue ampliamente considerada una farsa, ya que a los principales partidos y candidatos de la oposición se les prohibió participar.
Su principal adversario será Edmundo González, un exdiplomático elegido por la coalición opositora para reemplazar en las urnas a la lideresa María Corina Machado.
“Si Maduro quiere contribuir a que el crecimiento regrese a Venezuela, a que la gente que salió de Venezuela regrese y a establecer un estado de crecimiento económico, necesita respetar el proceso democrático”, sostuvo Lula.
Lula, que durante muchos años se negó a criticar abiertamente al mandatario venezolano, anunció que enviará al exministro de Relaciones Exteriores Celso Amorim como observador de las elecciones del domingo. También estarán presentes otros observadores brasileños.
“Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde habrá un baño de sangre. Cuando pierdes, te vas a casa y te preparas para contender en otras elecciones”, subrayó Lula.
En las últimas semanas, Maduro y sus aliados han incrementado sus referencias de violencia postelectoral, afirmando que la oposición llevará a cabo protestas violentas y rechazará los resultados, que según el partido gobernante lo mostrarán victorioso.
“El destino de Venezuela, en el siglo XXI, depende de nuestra victoria el 28 de julio”, aseveró Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.
Lula añadió que intentó hablar con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en nombre del papa Francisco, sobre la decisión del mandatario izquierdista de expulsar a más de una docena de sacerdotes católicos romanos de la nación centroamericana. Pero Ortega no ha contestado el teléfono, afirmó el presidente brasileño.
“Nicaragua se ha convertido en un problema para Nicaragua”, dijo Lula, añadiendo que está abierto a dialogar con otros gobernantes, incluido el presidente argentino Javier Milei.
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“Pero primero necesita disculparse”, añadió Lula. Milei ha criticado a su homólogo brasileño y ha evitado hablar de él desde que asumió la presidencia.
Lula, que a sus 78 años está al frente del gobierno brasileño por tercera ocasión, también señaló que respeta profundamente al mandatario estadounidense Joe Biden por tomar la decisión de retirarse de la contienda como candidato del Partido Demócrata para las elecciones de este año. Afirmó que trabajará con quien resulte ganador.
“Ya sea un candidato demócrata o (el candidato republicano, Donald) Trump, nuestra relación será una relación civilizada entre dos países importantes”, puntualizó.