Un cohete con el que Corea del Norte intentaba poner en órbita su segundo satélite espía explotó poco después de su lanzamiento del lunes, informó la prensa estatal, en lo que significa un traspié para las esperanzas del mandatario Kim Jong Un de establecer una red de satélites para vigilar a Estados Unidos y Corea del Sur.
El lanzamiento fallido del lunes se produjo horas después de que los gobernantes de Corea del Sur, China y Japón se reunieron en Seúl para su primer encuentro trilateral en más de cuatro años. Es sumamente inusual que Pyongyang lleve a cabo acciones provocadoras cuando Beijing, su principal aliado y conducto económico, se encuentra involucrado en labores diplomáticas de alto nivel en la región.
El lanzamiento desató críticas de los vecinos de Corea del Norte ya que Naciones Unidas le tiene prohibido llevar a cabo este tipo de lanzamientos, a los que considera como una cubierta para el ensayo de tecnología para misiles de largo alcance.
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La Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) señaló que el país lanzó un satélite espía a bordo de un nuevo cohete desde su principal centro espacial, ubicado en el noroeste del territorio. Pero la agencia añadió que el cohete explotó durante un vuelo de la primera etapa poco después del lanzamiento debido a un posible problema con el motor.
Un subdirector de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial, cuyo nombre no se dio a conocer, dijo a la KCNA que un análisis preliminar reveló que la explosión estaba relacionada con la fiabilidad de operación de un motor de petróleo y oxígeno líquido de desarrollo reciente. El funcionario dijo que se investigarán otras posibles causas, añadió la KCNA.
Japón emitió una breve alerta de misiles para la prefectura de Okinawa, en el sur del país, instando a la población a resguardarse en edificios y otros lugares. La advertencia se retiró poco después debido a que ya no había riesgo para la región, dijo el secretario en jefe de gabinete, Yoshimasa Hayashi.
Corea del Norte había notificado horas antes el lunes a la guardia costera de Japón sobre sus planes de lanzamiento de un “cohete satélite” con la advertencia de mantener cautela en las aguas ubicadas entre la Península de Corea y China y al este de la isla de Luzón en las Filipinas durante la ventana de lanzamiento, la cual abarca del lunes al 3 de junio.
Norcorea asegura que tiene el derecho a lanzar satélites y realizar pruebas de misiles.
El ministro de Defensa de Japón, Minoru Kihara, calificó el lanzamiento norcoreano como “un grave desafío para todo el mundo”. El Ministerio de Unificación de Corea del Sur se refirió al lanzamiento como “una provocación que pone en grave riesgo nuestra seguridad regional”.
Horas antes, durante el encuentro trilateral con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, el primer ministro chino Li Qiang y el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol pidieron firmes acciones internacionales en caso de que Corea del Norte siguiera adelante con sus planes de lanzamiento.
Kishida, por su parte, instó a Pyongyang a dejar de lado sus planes de lanzamiento, pero Li no mencionó los planes de lanzamiento y realizó comentarios generales sobre promover la paz y la estabilidad en la península de Corea a través de una resolución política.
Algunos analistas afirman que el lanzamiento en el primero de los ocho días que estableció como ventana podría tener el objetivo de ensombrecer el encuentro entre Seúl, Beijing y Tokio y expresar su descontento hacia China. Kim Jong Un ha estado acogiendo la idea de una “nueva” Guerra Fría y ha buscado reforzar sus vínculos con China y Rusia para forjar un frente unido contra Washington, por lo que las labores diplomáticas de Beijing con Corea del sur y Japón podrían haber sido un evento perturbador para Pyongyang.
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