El presidente colombiano Gustavo Petro hizo una inusual petición el viernes en medio de un acto público que presidía: enseñar la bandera de la extinta guerrilla M-19 en la que militó en su juventud, lo que generó críticas de algunos de sus opositores.
“A ver, compañero, traiga esa bandera, porque estamos hoy de fiesta”, dijo Petro en referencia a la conmemoración del asesinato de Carlos Pizarro Leóngomez, el que fuera el máximo comandante del M-19, en 1990 cuando lideraba las encuestas como candidato presidencial. “No les gusta que la saquemos, ¿cierto? Pero no va a estar debajo de los colchones”, agregó el mandatario en medio de su discurso en el colegio de Zipaquirá, a 44 kilómetros de Bogotá, donde estudió.
Petro, el primer presidente de izquierda en Colombia, militó en su juventud en la guerrilla Movimiento 19 de Abril, nacionalista y antiimperialista, e hizo parte de los cerca de 900 guerrilleros que abandonaron la insurgencia en 1990 al firmar un acuerdo de paz con el gobierno para formar un partido político. Algunos fueron asesinados y otros se convirtieron en alcaldes, gobernadores o congresistas y participaron en la construcción de la Constitución que rige en el país.
Durante su mandato, Petro ha utilizado símbolos que recuerdan su vida como rebelde. Después de recibir la banda y juramentar como presidente en el 2022, ordenó a la guardia presidencial llevar al escenario la mítica espada de Simón Bolívar, que fue robada por el M-19 en 1974 y luego devuelta como gesto de paz.
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“Esa generación derogó la Constitución del 1986, no pudieron otros, proclamó la Constitución del 1991 y hoy es parte del gobierno de Colombia, así que no se perdió la vida de tanta y tanta gente”, señaló el mandatario mientras dos hombres sostenían a su lado la bandera azul, blanca y roja con la inscripción “M-19” en el centro.
El pedido de Petro en un acto público generó críticas de sus detractores, que lo consideraron una afrenta a las víctimas de la extinta guerrilla.
“Suscribir un acuerdo de paz implica respetar la memoria de las víctimas, la garantía de no repetición y la no revictimización. La afrenta simbólica del presidente de la república es un ataque directo a las víctimas del M-19”, refirió Hernán Cadavid, representante a la Cámara por el opositor partido Centro Democrático, a The Associated Press.
En el mismo sentido se pronunció desde X, antes Twitter, la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrático: “¡Petro respete al país! Aquí los únicos que sienten simpatía por el M-19 son los criminales. Este acto es una afrenta contra las víctimas del Palacio de Justicia, los más de 500 secuestrados y tantos torturados y asesinados por ese grupo.”
El M-19 buscó el poder por las armas y es recordado por golpes simbólicos como el robo de la espada y otros más atemorizantes, como las tomas de la embajada de República Dominicana con rehenes y la del Palacio de Justicia, donde funcionaban las altas cortes, que terminó en una tragedia luego de que el ejército intentó tomar el control a la fuerza y murieron decenas de magistrados, guerrilleros y otros fueron desaparecidos.