Los resultados preliminares de las elecciones anticipadas en Ecuador, con un 50% del escrutinio, apuntan a una segunda vuelta entre la candidata de izquierda, respaldada por el expresidente Rafael Correa, y el millonario Daniel Noboa, la sorpresa de la jornada.
Con un 51,20 % del escrutinio, la candidata del partido Revolución Ciudadana, Luisa González, va a la cabeza con un 33,28%, seguida del millonario Daniel Noboa, con 24,18%.
González ya adelantó en campaña electoral que tendría como asesor de su gobierno si ganaba las elecciones al exmandatario Correa, sobre quien pesa una condena de cárcel de ocho años por un caso de corrupción que le impide volver a Ecuador.
La candidata de izquierdas aseveró que un Ecuador valiente se movilizó, «rompió el miedo… y votó por una mujer». Agregó que hacía «un llamado a lo que más requiere el país, a la unidad, a dejar el odio, el odio nos trajo a desbaratar todo».
Noboa, hijo de Álvaro Noboa, empresario de un conglomerado bananero, declaró rodeado de simpatizantes exaltados por los resultados que su objetivo no está cumplido porque no ha ganado la presidencia. El candidato más joven de los ocho postulantes no aparecía en las encuestas durante la campaña más allá del quinto lugar.
Desde «mañana tendremos que empezar a trabajar de nuevo, hacer campaña, hay una segunda vuelta», aseveró. Noboa también afirmó estar abierto a que otras fuerzas políticas se sumen a su propuesta, pero que «no hará coaliciones, porque me suenan a amarre».
Las elecciones de Ecuador estuvieron marcadas por el temor de los ciudadanos y un fuerte despliegue policial y militar, tras el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio una semana y media antes del llamado a las urnas. La segunda vuelta está prevista para el 15 de octubre.
Ecuador acudió a estos comicios después de que Lasso disolviera en mayo el Legislativo para evitar un juicio político, aunque se vio forzado a convocar a nuevas elecciones y recortar su propio mandato en cerca de dos años. El primero en reconocer la derrota fue Otto Sonnenholzner, que llevaba un 7,12%, quien dijo que está dispuesto a aprender de los errores y fortalecer las virtudes. Ofreció seguir «siempre preocupados y aportando por que nuestro país encuentre un camino de paz y progreso para todos».
También Jan Topic, aspirante que se estrenaba en política en estos comicios con una propuesta de mano dura contra la delincuencia, reconoció la derrota con un con un 14,61% de votos. «Acepto los resultados de las elecciones no sin antes destacar el excelente desempeño de la campaña de Daniel Noboa esta última semana». Y añadió: «Ecuador vive su peor crisis de inseguridad—esperemos que el siguiente líder logre rescatar a nuestra Republica».
Por su parte, Christian Zurita, quien reemplazó como candidato a presidente a Fernando Villavicencio y obtuvo un 16,20%, declaró: «Para mi es un orgullo estar en tercer puesto en estas elecciones, tenemos mucho por lo que sentirnos orgullosos, ha sido una luz para el país esta candidatura, porque se basa en la estatura moral quienes hemos luchado por este país e incluso hemos entregado la vida».
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, dijo a la prensa por la tarde que el proceso se desarrolló con normalidad, sin ninguna incidencia de violencia, «lo cual celebramos». Reconoció que hubo dificultades con el voto telemático, especialmente de los ecuatorianos en Europa que fueron superadas.
El comandante general de la Policía, Fausto Salinas, reportó entre los incidentes de la jornada electoral que una persona fue detenida por intento de falsificación del voto, y dos más por ataque y resistencia a la autoridad. También hubo 20 capturas a personas por porte ilegal de armas.
Unos 13,45 millones de votantes fueron convocados para elegir entre ocho candidatos presidenciales. Luisa González, de tendencia progresista de izquierda, arribó como la favorita en los sondeos de preferencias, seguida por el exvicepresidente Sonnenholzner, el abogado indígena Yaku Pérez y el economista con formación militar Jan Topic.
Ecuador atraviesa por un clima de violencia, extorsiones, secuestros y sicariatos en las calles propiciados por bandas criminales en disputa territorial por el tráfico y distribución de drogas, que han dejado más de 4.300 muertes violentas sólo en lo que va de 2023. Revertir este escenario será el principal desafío para el próximo mandatario.
En el contexto de creciente violencia, diez días antes de las elecciones, fue asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio cuando salía de un mitin político en un colegio del norte de Quito, la capital. Fue reemplazado por el periodista Christian Zurita, cuya postulación se aprobó un día antes del cierre de campaña. En julio, también fue asesinado Agustín Intriago, alcalde de Manta, la tercera ciudad más grande de Ecuador, y pocos días atrás, un dirigente político de Esmeraldas.
Zurita, quien votó en un centro al norte quiteño, dijo que Ecuador atraviesa «momentos difíciles y oscuros» y prometió que de imponerse en las urnas luchará para «sacar adelante este país». El candidato llevó un casco de protección y chaleco antibalas y fue cubierto con una colchoneta negra cuando sufragó en medio de la custodia militar.
El ministro del Interior Juan Zapata afirmó que a Zurita se le impuso una «seguridad reforzada», luego que recibió la noche del sábado un mensaje de intimidación en las redes sociales enviado por un usuario identificado como Cartel Jalisco NG, que advirtió «Zurita tiembla».
El arquitecto Renán Ponce dijo a The Associated Press que votó por Zurita en homenaje a Villavicencio y que espera que otros hayan hecho lo mismo, para «mandar un mensaje directo a los ladrones y criminales». «No es posible que hayan matado al único candidato que se enfrentó a los corruptos y a las mafias», manifestó el votante.
La ama de casa María Linares dijo los ecuatorianos deben buscar «al más duro para enfrentar a los criminales, que nos tienen escondidos en nuestras casas todo el tiempo y con miedo permanente».
Monserrath Pazmiño, corredora de bienes raíces y quien sufragó en la capital, se expresó decepcionada. Dijo que ningún candidato «reúne las condiciones que el país necesita; estamos agobiados por la inseguridad y no hay un plan claro que saque el país de esta inseguridad».
Los candidatos presidenciales coincidieron al emitir sus sus votos que la situación del país es complicada y que se requiere en el timón a alguien que realmente pueda erradicar la ola de violencia que sacude a los ecuatorianos en los últimos años.
El temor multiplicado por los últimos episodios de violencia obligó a reforzar los operativos de control en la jornada. El gobierno informó de la movilización de más de 100.000 policías y militares que resguardarán los 4.390 recintos electorales habilitados, mientras se activaron tres puestos de mando y vigilancia, en un intento por dar calma a los ciudadanos y propiciar su asistencia a las urnas.
En muchos recintos, los votantes fueron revisados por los uniformados previo a su ingreso, mientras que las tradicionales ventas ambulantes, especialmente de comida y pequeños objetos, casi habían desaparecido de las calles o estaban alejados.
Los ecuatorianos deben elegir presidente, vicepresidente, 137 asambleístas y responder a una consulta popular para mantener o no el petróleo bajo tierra en una zona de amplia biodiversidad ubicada en la amazonia. Además, en Pichincha, cuya capital es Quito, hay otra consulta sobre si se permiten o no la minería de plata, oro y otros minerales en los bosques andinos alrededor de la capital.
Para ganar en una sola vuelta, un candidato deberá alcanzar el 40% de los votos válidos con una distancia de 10 puntos sobre su inmediato contendor. Una eventual segunda vuelta electoral se realizará el 15 de octubre y el nuevo gobernante se posesionará el 30 de noviembre.
La votación abrió a las 07.00 (1200 GMT) y cerrará a las 17.00 (2200 GMT). El sufragio es obligatorio para los ecuatorianos entre 18 y 64 años.