La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris exhortó el sábado a la población a actuar durante «un punto crucial en la historia de nuestra nación» al tiempo que miles de personas protestaron en todo el país contra las nuevas limitaciones al derecho a abortar que pasan por los tribunales.
Las marchas del sábado en todo el país fueron avivadas por los sucesos de un día antes, cuando la Corte Suprema intervino para retrasar los cambios a las reglas que habrían limitado la forma en que el medicamento abortivo mifepristona puede usarse y distribuirse. Los límites se suspendieron mientras la corte revisa el caso más a fondo.
Harris se presentó de forma sorpresiva en una de las protestas en Los Ángeles, en donde calificó la más reciente agitación en torno al derecho a abortar como una grave incursión de los conservadores en una infinidad de «derechos fundamentales» que muchos estadounidenses creían tener.
«Este es un momento que la historia mostrará que requiere que cada uno de nosotros, basados en el amor colectivo a nuestro país, nos levantemos, luchemos y protejamos nuestros ideales. Eso es lo que es este momento», dijo el sábado ante cientos de manifestantes en los escalones del Ayuntamiento. «Cuando atacas los derechos de las mujeres en Estados Unidos, atacas a Estados Unidos».
Un tribunal federal de apelaciones falló que la #píldoraabortiva mifepristona se puede seguir usando usar por el momento. Entérate de más en #LHInternacional ⬇️ https://t.co/WuFUFmiRFv
— Diario La Hora (@lahoragt) April 14, 2023
Algunos de los manifestantes expresaron su enojo en los escalones del principal tribunal del país, que actuó el viernes ante la petición del Departamento de Justicia federal. La agencia le pidió al tribunal suspender las restricciones a la mifepristona impuestas días antes por una corte de apelaciones en Texas. El fallo de esa corte redujo el tiempo en que el fármaco puede usarse y evitó que fuera distribuido por correo.
Quienes se oponen a las decisiones de la corte de apelaciones y de Texas, incluidas las farmacéuticas, consideran las medidas del tribunal como una peligrosa intrusión a la autoridad de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), que regula la forma en que se venden y usan los medicamentos en Estados Unidos.