El personal de limpieza en París tenía previsto volver al trabajo el miércoles, lo que podría poner fin a uno de los símbolos más persistentes de la resistencia a la controversial reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron, parecían perder fuerza. Los equipos de limpieza comenzarían el miércoles a despejar las calles la basura acumulada desde el inicio de la huelga el 6 de marzo, así como restos de la décima protesta contra la reforma, celebrada el día anterior.
Las hasta 10.000 toneladas de basura en las calles de la capital francesa -según medios, equivalente al peso de la Torre Eiffel- se han convertido en un llamativo símbolo visual y olfativo de la oposición a la ley de Macron que sube la edad de la jubilación de los 62 a los 64 años.
En una decisión que alivió a algunos vecinos de París, el influente sindicato CGT, que representa a los trabajadores de basuras, dijo que la huelga quedaba «suspendida» el miércoles después de tres semanas. Sus miembros se sumarían a otros obligados por ley antes a ayudar con la considerable labor de limpieza. «Es bueno que recojan la basura. Es muy insalubre, y algunos vecinos ya tienen problemas con ratas y ratones. Puede ser peligroso si se deja mucho tiempo», dijo Gil Franco, artista de 73 años.
Algunos interpretaron la suspensión de la huelga, junto con la menguante asistencia a las marchas, como el principio del fin de las manifestaciones contra la norma. «La gente se está cansando. Ha habido demasiada violencia. París es un desastre y quiero seguir con la vida normal», dijo Amandine Betout, de 32 años y residente en París, que compraba su croissant de la mañana en el distrito de Le Marais. Es algo «bueno» que se retire la basura de las calles, señaló.
En las protestas del martes en París hubo docenas de arrestos y brotes de violencia, aunque en la jornada nacional de marchas participó mucha menos gente. El Ministerio del Interior dio una cifra de 740.000 manifestantes en todo el país, en comparación con los más de un millón de cinco días antes, cuando los inconformes expresaron su indignación con la orden de Macron de aprobar la norma sin una votación parlamentaria. Para los sindicatos, la lucha contra la ley está lejos de terminar. Se ha convocado un 11mo día de acciones para el 6 de abril.