La policía indonesia dijo el martes que los portones del estadio de fútbol en Indonesia donde sus agentes lanzaron gases lacrimógenos y provocaron una estampida mortal eran demasiado estrechos y solo admitían a dos personas por vez, cuando cientos trataban de escapar.
Las fotos del estadio de Malang, donde 125 personas murieron y cientos sufrieron heridas el sábado por la noche en uno de los peores desastres del evento deportivo, mostraron que cuatro puertas conectadas constituían un portón.
La policía dijo que la investigación estaba enfocada en seis de los 14 portones donde se produjeron la mayor cantidad de muertes de espectadores durante la estampida. El vocero de la policía, Dedi Prasetyo, dijo que estaban destrabadas, pero solo permitían pasar a dos personas.
«Los seis portones no estaban cerrados, pero eran demasiado estrechos. Tenían capacidad para dos personas, pero eran cientos los que salían. Hubo una aglomeración allí», dijo Prasetyo a la prensa.
Algunos portones del estadio Kanjuruhan de Malang solo dejaban pasar a 2 personas a la vez, cuando cientas de ellas escapaban de los gases lacrimógenos disparados por la policía. https://t.co/OcCyujxYs6
— El Financiero (@ElFinanciero_Mx) October 4, 2022
Añadió que los portones eran responsabilidad de las autoridades del evento. El lunes, la policía anunció que había despedido a un jefe y nueve oficiales, y que investigaba a otros 18 por su responsabilidad en el lanzamiento de gases lacrimógenos dentro del estadio.
Al partido en Malang, Java Oriental, solo asistieron fans del equipo local Arema. La autoridad deportiva prohibió la asistencia de fans del equipo visitante Persebaya Surabaya debido a que la rivalidad entre ambos solía tornarse violenta.
Testigos dijeron que algunos de los 42.000 espectadores invadieron el campo después de la derrota del equipo por 3-2, su primera caída en cada ante Persebaya en 23 años. Algunos arrojaron botellas y otros objetos a los jugadores. Fuera del estadio dieron vuelta e incendiaron al menos cinco vehículos policiales.
La mayoría de las muertes ocurrieron cuando la policía antimotines lanzó gases lacrimógenos, incluso en las tribunas, lo que provocó una aglomeración desastrosa que provocó pánico entre los espectadores y una corrida caótica hacia las salidas. La mayoría de las 125 personas murieron pisoteadas o asfixiadas. Entre las víctimas había dos agentes de policía.