Una doctora toma la temperatura a un residente para tratar de frenar la propagación del coronavirus, en Pyongyang, Corea del Norte. Foto La Hora: Agencia Central de Noticias de Corea/Korea News Service vía AP, archivo/AP.

 

Corea del Norte dijo el viernes que cerca del 10% de sus 26 millones de habitantes han enfermado y 65 personas fallecieron en su primer brote de COVID-19, pero los expertos externos cuestionan la validez de la cifra de decesos y están preocupados por una posible crisis humanitaria.

Tras admitir un brote de ómicron la semana pasada, luego de más de dos años afirmando que estaba libre de coronavirus, Corea del Norte explicó que un fiebre no identificada se expandido de forma explosiva por el país desde finales de abril. Desde entonces, su centro contra la pandemia ha publicado datos cada maña la cifra oficial de personas aquejadas por la fiebre en los medios estatales, pero no menciona los casos de COVID-19.

Algunos observadores apuntan a que el país podría haberse visto obligado a reconocer el brote al no poder esconder la expansión del virus altamente contagioso entre su población y sufrir su posible descontento hacia su líder, Kim Jong Un. Creen que las autoridades están reportando menos decesos de los reales para tratar de mostrar que su respuesta es eficaz, aunque carece de tests diagnósticos para confirmar un gran número de casos del virus.

«Es cierto que ha habido un vacío en estos dos años y medio de lucha contra la pandemia», afirmó Kwak Gil Sup, director de One Korea Center, una web especializada en la hermética nación. «Pero hay un dicho que dice que Corea del Norte es un ‘estado teatral’, y creo que están maquillando las estadísticas del COVID-19».

Según Kwak, es probable que el país esté utilizando en parte el brote como una herramienta propagandística para mostrar que está superando la pandemia con el liderazgo de Kim. Pero la nación tiene «un plan B» y «un plan C» para buscar la ayuda china e internacional si la pandemia se descontrola, agregó.

El centro estatal para la prevención de epidemias dijo el viernes que 263.370 personas más padecían síntomas de fiebre y reportó dos decesos, lo que eleva la cifra total de afectados por la enfermedad a 2,24 millones de personas mientras que sitúa la de muertos en 65. Además, 754.810 personas siguen en cuarentena, afirmó según la Agencia Central de Noticias de Corea.

El brote pudo haberse originado en un desfile militar celebrado el 25 de abril en Pyongyang en el que que Kim exhibió sus nuevos misiles y a sus leales tropas. El evento, y otros actos relacionados que conmemoraron el aniversario de la fundación del ejército, sacaron a la calle a docenas de miles de personas y soldados procedentes de la capital y de otras zonas, que después regresaron a sus lugares de origen.

La agencia de espionaje de Corea del Sur dijo a legisladores el jueves que «un número considerable» de los casos de fiebre reportados por el Norte son de personas que contrajeron enfermedades transmitidas por el agua como la rubeola, el tifus y la tos ferina.

Televisora estatal que el gobierno había detectado 168 positivos por COVID-19 hasta el sábado. Foto La Hora: Im Hwa-young/Yonhap vía AP.

El lunes, cuando el conteo oficial norcoreano de casos de fiebres superaba los 1,2 millones, Ryu Yong Chol, un funcionario del departamento contra el virus, dijo en la televisora estatal que el gobierno había detectado 168 positivos por COVID-19 hasta el sábado. Esa cifra no se ha actualizado desde entonces.

Ahn Kyung-su, director de DPRKHEALTH.ORG,un cibersitio enfocado en cuestiones sanitarias en Corea del Norte, dijo que Pyongyang podría haber determinado que el brote de ómicron no causará una cifra catastrófica decesos, pero hizo público el brote para evitar un posible descontento de la población. El aumento de las medidas contra el virus buscan en parte afianzar su control sobre una población harta de las medidas previas y de otras dificultades.

«La respuesta pandémica norcoreana no está totalmente escenificada ya que está muriendo gente. Pero es obvio que a eso se han sumado las intenciones políticas de sus dirigentes». apuntó Ahn. «Un día, proclamarán su victoria sobre el COVID-19 de una forma vistosa».

 

El sistema de salud pública norcoreano sigue siendo un caos y los expertos indican que el país podría registrar una cifra enorme de muertos por la pandemia si no recibe suministros del exterior. Además, apuntaron que los estrictos controles al movimiento y las cuarentenas podrían haber empeorado su seguridad alimentaria.

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