Enfrentando una pelea más difícil que la esperada por su reelección, el presidente francés Emmanuel Macron finalmente ha iniciado su campaña, pero las muchedumbres no siempre son acogedoras.
Pero él no está evadiendo a los votantes furiosos, en lugar de ello enfrascándose en debates animados, a menudo beligerantes. Desde que él y la candidata ultraderechista Marine Le Pen avanzaron a la segunda vuelta, Macron se ha visto deseoso de hacer campaña en persona para explicar sus políticas y convencer a los votantes a darle un segundo mandato. El martes, enfrentó preguntas duras en su visita a la ciudad oriental de Mulhouse.
«¿Por qué no ayudó a los más pobres?». «¿Por qué sufren los hospitales escasez de camas y de trabajadores de salud?». «¿Cómo puede proponer usted elevar la edad de jubilación de 62 a 65 años cuando tanta gente están desempleada?».
El mandatario de 44 años pareció determinado a explicar detalladamente sus políticas, pero en ocasiones se mostraba impaciente cuando la gente lo contradecía.
Antes de la primera ronda el domingo en la que había 12 candidatos, Macron se abstuvo de participar en la mayoría de las actividades de campaña, centrando su tiempo en el Palacio del Elíseo en las gestiones diplomáticas para poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania. Críticos en el país lamentaron una percibida falta de debates en la campaña presidencial.
Ahora, el papel de candidato ha cobrado prioridad. Macron es considerado favorito por las encuestas, pero Le Pen parece haber reducido considerablemente la brecha en comparación con 2017, cuando él la derrotó en la segunda vuelta presidencia.
El lunes, Macron visitó una región deprimida económicamente en e norte de Francia que es considerada un bastión de Le Pen. Al día siguiente, visitó las ciudades orientales de Mulhouse y Estrasburgo, donde el candidato ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, tercero el domingo, tuvo la mayoría de los votos en la primera vuelta.
A su llegada a Mulhouse, corrió hacia una pequeña muchedumbre que lo esperaba. Encontró a algunos partidarios, pero también a trabajadores furiosos, desalentados, de un hospital cercano, que acudieron a interpelarlo.
«Estamos exhaustos», le dijeron algunos trabajadores médicos. «¡Mejore las condiciones!». Un trabajador de 61 años dijo que ha trabajado durante 30 años, pero apenas gana 1.885 euros (2.051 dólares) al mes.
«No estoy pensando en mí. Pienso en mis hijos y mis nietos», dijo, explicado su voto.
Macron mencionó cambios que su gobierno había hecho en medio de la pandemia de coronavirus, incluyendo un pequeño aumento salarial para los trabajadores de los hospitales.
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— Diario La Hora (@lahoragt) April 11, 2022