Voluntarios reúnen cuerpos de civiles asesinados en Bucha, cerca de Kiev, Ucrania. Foto: La Hora/AP

El presidente de Ucrania planeaba dar un mensaje al organismo más poderoso de la ONU el martes después de que surgieron evidencias aún más espeluznantes de masacres de civiles en áreas que las fuerzas rusas abandonaron recientemente. Mientras, naciones occidentales expulsaron a decenas más de diplomáticos rusos y sopesaban nuevas sanciones al tiempo que expresaron su disgusto por lo que consideran crímenes de guerra.

Se espera que el discurso el presidente Volodymyr Zelenskyy en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas esté lleno de simbolismo, pero es improbable que su mensaje y otras formas de apoyo occidental cambien la situación sobre el terreno. El mandatario afirma que sus fuerzas necesitan con urgencia armas más potentes, algunas de las cuales Occidente ha sido reacio a proporcionar. El poder de veto de Rusia garantiza que el organismo de Naciones Unidas no tomará medidas, y no estaba claro siquiera si sus representantes permanecerían en la cámara durante el discurso.

Las autoridades ucranianas dijeron que se habían encontrado los cuerpos de al menos 410 civiles en localidades a las afueras de Kiev que habían estado en manos rusas.

 

Periodistas de The Associated Press en Bucha contaron decenas de cuerpos con ropas civiles y aparentemente sin armas, muchos de los cuales habían recibido disparos a quemarropa, y algunos con las manos atadas o la piel quemada.

Rusia ha rechazado las acusaciones y descrito las imágenes registradas a las afueras de Kiev como una “provocación antirrusa escenificada”.

Imágenes por satélite de alta resolución tomadas por la firma comercial Maxar Technologies mostraban que muchos de los cuerpos llevaban semanas al aire libre, cuando las fuerzas rusas estaban en Bucha. The New York Times reportó primero sobre las imágenes de satélite que mostraban a los muertos.

Mientras líderes occidentales condenaban las muertes en Bucha, Alemania, Francia, Italia y Dinamarca expulsaron a decenas de diplomáticos rusos el lunes y el martes y los describieron como espías. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que el presidente ruso Vladimir Putin debía ser juzgado por crímenes de guerra.

En otra muestra de apoyo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tenía previsto viajar a Kiev para reunirse con Zelenskyy esta semana. El bloque de 27 países ha apoyado a Ucrania desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero, y ya ha impuesto cuatro rondas de sanciones. Esta semana se consideraría otra remesa de sanciones.

Sin embargo, los países occidentales están divididos sobre hasta qué punto llevar su apoyo. Algunos han pedido boicotear las importaciones rusas de gas y petróleo, mientras Alemania y otros temen que eso suma al continente en una grave crisis económica. Y miembros de la OTAN se han negado a entregar parte del material militar que ha pedido Zelenskyy, como cazas.

Se cree que las armas y el equipamiento que han proporcionado ayudó a Ucrania a plantar una resistencia mayor a la esperada ante la superioridad de fuego rusa.

Esa resistencia impidió que las fuerzas rusas tomaran la capital, y ahora sus tropas se están retirando de zonas en torno a Kiev. Unos dos tercios de las tropas rusas que estaban cerca de la capital se han marchado a Bielorrusia o van de camino allí, según un funcionario estadounidense de defensa que habló bajo condición de anonimato para comentar análisis militares.

 

Era probable que esas tropas recibieran más suministros y refuerzos, señaló. Otros funcionarios occidentales y ucranianos han advertido que muchas unidades podrían simplemente estar reagrupándose. Algunas ya se están desplegando en el este, donde separatistas con apoyo ruso combaten contra fuerzas ucranianas en la región industrial de Donbás desde 2014.

El Ejército ruso centra sus esfuerzos en tomar las ciudades de Popasna y Rubizhne en las regiones de Donetsk y Luhansk, además del puerto de Mariúpol en el Mar de Azov, dijo el Estado Mayor ucraniano en su página de Facebook. Moscú reconoce Donestk y Luhansk, controladas por separatistas, como estados independientes. En el este, las tropas rusas siguen bloqueando la segunda ciudad más grande del país, Járkiv, agregó el ejército.

La viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijo que el martes se abrirían siete corredores humanitarios, lo que incluía la asediada Mariúpol, de donde 1.500 civiles pudieron huir el lunes en vehículos privados, y Berdyansk, bajo control ruso.

Pero en un primer momento no estaba claro si Rusia había aceptado detener los ataques en esos corredores. Intentos anteriores de llevar a civiles a zonas seguras por corredores humanitarios han fracasado debido a los combates.

Un equipo internacional de Cruz Roja renunció a entrar en Mariúpol al menos por el martes, tras varios días tratando de entregar ayuda a la ciudad cercada y ayudar a escolar a civiles fuera del puerto estratégico.

Artículo anteriorCongresistas de EE. UU. presentan proyecto de ley sobre bitcoin en El Salvador
Artículo siguienteAncelotti no dirigiría al Madrid ante Chelsea por COVID