El Vaticano aclaró este martes la posición del papa Francisco sobre Ucrania y denunció una "guerra bárbara desencadenada por Rusia". Foto La Hora/AP.

El Papa Francisco aseguró el sábado que analiza la posibilidad de visitar la capital de Ucrania y criticó al presidente ruso Vladimir Putin por lanzar una guerra “salvaje” en ese país. El Pontífice hizo la denuncia más mordaz y personal hasta el momento de la invasión de Rusia a Ucrania durante un discurso tras su llegada a Malta.

Francisco no mencionó por nombre a Putin, pero la referencia fue clara cuando dijo que “un potentado” había desatado la amenaza de una guerra nuclear en el mundo con una “agresión infantil y destructiva” bajo el disfraz de “afirmaciones anacrónicas de intereses nacionalistas”.

“Habíamos pensado que las invasiones de otros países, el combate callejero salvaje y las amenazas atómicas eran recuerdos sombríos de un pasado distante”, declaró Francisco a funcionarios y diplomáticos malteses al inicio de una visita a la isla durante el fin de semana.

 

Hasta la fecha, Francisco ha evitado mencionar por nombre a Putin, pero la crítica que hizo el sábado a la poderosa figura responsable de la guerra marcó un nuevo nivel de indignación para el Papa.

“Una vez más, un potentado, tristemente atrapado en afirmaciones anacrónicas de intereses nacionalistas, provoca y fomenta conflictos, mientras las personas comunes sienten la necesidad de construir un futuro que se compartirá o que simplemente no existirá”, comentó.

El Vaticano acostumbra no señalar a los responsables de agresiones con la esperanza de mantener abiertas las opciones para el diálogo. El Vaticano, que en años recientes ha forjado relaciones sin precedentes con la Iglesia Ortodoxa rusa, aliada de Putin, se ofreció como un posible mediador, pero hasta la fecha se ha quedado en gran parte al margen de la diplomacia.

El Papa Francisco está sentado junto al arzobispo de Malta Charles Jude Scicluna en el catamarán que los lleva del puerto La Valeta rumbo a Gozo en Malta. Foto La Hora/AP.

Rumbo a Malta, Francisco dijo a la prensa que una posible visita a Kiev estaba “sobre la mesa”, pero no se han fijado fechas ni se ha confirmado el viaje. El alcalde de la capital ucraniana había invitado a Francisco como mensajero de la paz, junto con otras figuras religiosas.

Francisco agregó que la guerra había lastimado tanto su corazón que a veces olvida el dolor de sus rodillas. El Pontífice lleva meses sufriendo por una distensión de ligamento en su rodilla derecha. La inflamación llegó a tal nivel que el Vaticano usó un elevador para que pudiera subir y bajar del avión el sábado en el vuelo a Malta.

La visita, originalmente programada para mayo de 2020, tenía el objetivo de enfocarse en migración, dada la participación de Malta en el centro del debate migratorio de Europa.

Con el presidente de Malta a su lado, Francisco denunció los “acuerdos sórdidos” que la Unión Europea hizo con Libia para regresar a los migrantes y dijo que Europa debe mostrar humanidad al recibirlos. Pidió que el Mediterráneo sea un “teatro de solidaridad, no el presagio de un trágico naufragio de la civilización”.

Francisco hizo referencia al programa de la UE que ya lleva siete años para entrenar a la Guardia Costera de Libia, que patrulla la costa mediterránea del país norafricano en busca de operaciones de contrabando de migrantes y regresa a la costa africana a posibles refugiados. El programa fue adoptado por Italia, que lo apoyó enérgicamente junto con otros países al frente del Mediterráneo, para intentar contener el flujo de cientos de miles de migrantes desesperados que pagan a contrabandistas basados en Libia para cruzar el Mediterráneo rumbo a Europa.

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