La variante ómicron del coronavirus podría ser menos severa que la versión delta, según indicios preliminares de dos nuevos estudios británicos.
Los científicos subrayan que aun si los hallazgos de esos estudios iniciales se ratifican, cualquier disminución en la severidad debe ser sopesada con el hecho de que ómicron se propaga mucho más rápido que delta y tiene mayor capacidad de evadir la protección generada por las vacunas. De hecho, los grandes números de infectados aún podrían abrumar a los hospitales.
Sin embargo, los nuevos estudios difundidos el miércoles parecen reforzar las investigaciones iniciales que dejan entrever que ómicron podría no ser tan peligrosa como la variante delta, señaló Manuel Ascano Jr., un bioquímico de la Universidad Vanderbilt que estudia virus.
“Un optimismo cauteloso es quizá la mejor manera de ver esto”, señaló.
Según un análisis del equipo de respuesta al COVID-19 del Imperial College de Londres sobre los riesgos de hospitalización por casos de ómicron en Inglaterra, las personas infectadas con ómicron tienen 20% menos probabilidades de ir a parar al hospital que con la variante delta, y 40% menos probabilidades de ser hospitalizadas durante una noche o más.
El análisis incluyó todos los casos de COVID-19 confirmados mediante pruebas PCR en Inglaterra en la primera quincena de diciembre en la que la variante pudo ser identificada: 56.000 casos de ómicron y 269.000 de delta.
Un estudio distinto realizado en Escocia por científicos de la Universidad de Edimburgo y otros expertos encontró que el peligro de hospitalización era dos tercios menor con ómicron que con delta. Pero ese estudio señaló que los casi 24.000 casos de ómicron en Escocia correspondían predominantemente a adultos de entre 20 y 39 años. Las personas jóvenes tienen menos probabilidades de desarrollar casos severos de COVID-19.
“Esta investigación nacional es una de las primeras en mostrar que hay menos probabilidades de que ómicron resulte en una hospitalización por COVID-19 que con delta”, escribieron los investigadores. Aunque las conclusiones son observaciones iniciales, “son alentadoras”, agregaron.
Los hallazgos no han sido revisados aún por otros expertos, la regla de oro en la investigación científica.
Ascano señaló que los estudios tienen limitaciones. Por ejemplo, las conclusiones son específicas hasta cierto punto en el tiempo durante una situación que cambia rápidamente en Gran Bretaña, y en otros países podría ser distinta.
Matthew Binnicker, director de virología clínica en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, dijo que en el estudio escocés, el porcentaje de personas jóvenes fue casi el doble en el grupo ómicron comparado con el grupo delta, y eso “podría haber sesgado las conclusiones de los resultados sobre la menor severidad de ómicron”.
Sin embargo, señaló que la información era interesante y deja entrever que ómicron podría causar una enfermedad menos severa. Pero agregó: “Es importante enfatizar que si ómicron tiene una tasa mucho más alta de transmisión en comparación con delta, la cifra absoluta de personas que necesiten hospitalización todavía podría aumentar, a pesar de una enfermedad menos severa en la mayoría de los casos”.
La información procedente de Sudáfrica, donde se detectó la variante por primera vez, también indica que ómicron podría ser menos severa allá. Salim Abdool Karim, epidemiólogo clínico de enfermedades infecciosas en Sudáfrica, dijo esta semana que la tasa de hospitalización fue mucho menor con los casos de ómicron que con los de delta.
“Nuestra tasa general de hospitalización se ubica en el nivel de alrededor de 2% a 4% si la comparamos con antes, cuando era de casi 20%”, señaló. “Así que aunque estamos registrando mucho casos, hay pocas hospitalizaciones”.