La superficie deforestada en la Amazonía brasileña alcanzó su mayor nivel de los últimos 15 años tras un incremento del 22% respecto al año anterior, según datos oficiales publicados el jueves.
De acuerdo con el sistema de monitoreo de deforestación Prodes del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, (INPE, por sus siglas en portugués), la Amazonía brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de selva tropical en un período de referencia de 12 meses entre agosto de 2020 y julio de 2021. Es la mayor superficie deforestada desde 2006.
La cifra más alta de los últimos 15 años contrasta con los recientes intentos del gobierno de Bolsonaro de afianzar su credibilidad ambiental, habiéndose acercado al gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y presentado su compromiso de acabar con la deforestación ilegal en la cumbre climática de la ONU celebrada este mes en Glasgow. El reporte del INPE revelado el jueves tiene fecha del 27 de octubre, antes de la cumbre.
Antes de que comenzara el mandato de Jair Bolsonaro en enero de 2019, la Amazonía brasileña no había registrado un solo año con más de 10.000 kilómetros cuadrados de deforestación en más de una década.
Entre 2009 y 2018, el promedio fue de 6.500 kilómetros cuadrados. Desde entonces, el promedio anual se disparó a 11.405 kilómetros cuadrados.
“Es una vergüenza. Es un crimen”, dijo a The Associated Press Márcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, una red brasileña de grupos medioambientales sin ánimo de lucro. “Estamos viendo cómo la selva amazónica es destruida por un gobierno que hizo de la destrucción ambiental su política pública”.
Bolsonaro asumió el cargo con promesas de desarrollar la Amazonía y restando importancia a las protestas mundiales por su destrucción.
Su gobierno ha desacreditado a las autoridades medioambientales y ha apoyado medidas legislativas para relajar la protección de la tierra, alentando a los invasores.
Durante una conferencia celebrada esta semana en los Emiratos Árabes Unidos para atraer inversiones, el mandatario brasileño dijo a los asistentes que los ataques a su país por la deforestación son injustos y que la mayor parte de la Amazonía sigue estando prístina.
El ministro de Medio Ambiente de Brasil no respondió a un correo electrónico de AP en el que se le piden comentarios sobre los datos de Prodes que muestran un aumento en la deforestación.
De acuerdo con las cifras, el 40% de la deforestación entre agosto de 2020 y julio de 2021 se registró en el estado de Pará, la mayor cantidad de cualquiera de los nueve estados de la región amazónica.
Pero su aumento de un año a otro fue leve en comparación con los estados de Mato Grosso y Amazonas, que juntos representaron el 34% de la destrucción de la región. Los dos estados sufrieron un 27% y un 55% más de deforestación, respectivamente.
Los primeros datos del periodo de referencia 2021-2022 indican un mayor deterioro. El sistema de monitoreo mensual de la agencia espacial, Deter, detectó una mayor deforestación interanual tanto en septiembre como en octubre.
Deter es menos fiable que Prodes, pero se considera un indicador avanzado.
“Este es el Brasil real que el gobierno de Bolsonaro intenta ocultar con discursos fantasiosos y prácticas de ecoblanqueo en el exterior”, dijo Mauricio Voivodic, director ejecutivo del grupo internacional de protección ambiental WWF para Brasil, en un comunicado tras la publicación de los datos del Prodes.
“La realidad muestra que el gobierno de Bolsonaro aceleró el camino de la destrucción del Amazonas”.