El Papa Francisco realizó hoy la quinta visita de su Pontificado al pueblo de nacimiento de su homónimo para honrar a los más pobres y marginados y exhortar a que la Iglesia los acoja y les brinde cuidados.
En uno de sus primeros viajes dentro de Italia desde que comenzó la pandemia de coronavirus, Francisco saludó a escolares y a algunas de las 500 personas transportadas a Asís por organizaciones católicas de beneficencia para asistir a la jornada mundial de los pobres de la Iglesia católica.
Un refugiado entregó al papa un bastón y capa de peregrino frente a la basílica de Santa María de los Ángeles, donde se encuentra la capilla de la Porziuncola, lugar de nacimiento de la orden franciscana fundada por San Francisco de Asís.
Francisco saludó a niños discapacitados en la basílica y rezó en la capilla antes de escuchar los testimonios desgarradores de gente que vive en la marginalidad.
Un exvendedor de drogas español relató cómo cambió su vida cuando un sacerdote le sonrió y le ofreció refugio. Una mujer rumana relató entre sollozos que el dolor crónico que padece le impide trabajar. Dos afganos dijeron que huyeron a Italia después de que el Talibán se apoderó del país, pero sienten que sus almas siguen allá.
El papa les agradeció por el valor al relatar sus historias y «abrir sus corazones para darnos su riqueza y sanar nuestros corazones heridos».
«La presencia de los pobres suele verse como una molestia y se la soporta», dijo Francisco desde el altar. «¡A veces escuchamos que los responsables de la pobreza son los pobres! Para no llevar a cabo un examen de conciencia serio sobre las propias acciones, sobre la injusticia de ciertas leyes y medidas económicas, sobre la hipocresía de los que quieren enriquecerse excesivamente, se coloca la culpa a los pies de los más débiles».
Dijo que los fieles deberían aprender del ejemplo de San Francisco y los que dan refugio a los pobres y marginados. «Hospitalidad significa abrir la puerta, la puerta de nuestra casa y la puerta de nuestro corazón, para permitir que la persona que llama pueda entrar», dijo el papa. «Y que se sientan bienvenidos, no avergonzados».
El arzobispo de Asís ofreció un almuerzo a los pobres, en tanto el Papa preveía regresar al Vaticano hacia el mediodía.
El jesuita argentino es el primer Papa que toma el nombre del fraile del siglo XIII que renunció a una vida de riqueza y vicio para vivir en la pobreza y la sencillez. El Papa dijo en los primeros días de su pontificado que escogió el nombre de san Francisco porque quería una «Iglesia pobre y para los pobres».
En su visita anterior a Asís, en octubre de 2020, Francisco firmó su encíclica «Hermanos todos» sobre la tumba de San Francisco en el aniversario de su muerte.