La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris dijo hoy que no habló con el presidente francés Emmanuel Macron acerca del acuerdo secreto sobre submarinos que mandó a las relaciones bilaterales a su nivel histórico más bajo.
Durante un viaje de cuatro días a Francia —considerado una ofensiva para recuperar confianza—, Harris dijo que se concentró en «nuestros intereses mutuos» en la seguridad europea y África.
Las dos partes destacaron que las relaciones entran en una «nueva era», como lo demuestra el hecho de que el problema de los submarinos ni siquiera surgió en los encuentros.
Un acuerdo secreto británico-estadounidense para vender submarinos a Australia forzó la anulación de un contrato previo con Francia. Más importante aún para los franceses, no les informaron de antemano sobre las negociaciones a pesar de que son los aliados más antiguos de Estados Unidos. Sintieron que los tomaron desprevenidos y acusaron al gobierno del presidente Joe Biden de actitudes propias de la época de su predecesor Donald Trump.
Esa disputa «no fue el propósito del viaje y no la discutimos», dijo Harris a la prensa el viernes. Añadió que en su reunión con Macron el miércoles «lo que sí analizamos son las cuestiones que representan un desafío».
Señaló que su presencia misma en Francia demuestra «la importancia de las alianzas» y la «fuerza y fragilidad» de las relaciones diplomáticas. «No podemos dar por sentadas las relaciones», añadió.
La vicepresidenta estadounidense y Macron acordaron el miércoles que sus países están dispuestos a colaborar nuevamente. Biden había dicho previamente a Macron que Estados Unidos había manejado «torpemente» el problema de los submarinos.