Fumio Kishida fue reelegido hoy primer ministro de Japón tras la sólida victoria del partido gobernante en unos comicios presidenciales clave.
Elegido hace poco más de un mes por el Parlamento, Kishida convocó una rápida elección en la que su formación obtuvo 261 de los 465 escaños de la Cámara Baja japonesa —la más poderosa del Parlamento bicameral—, suficientes para mantener su independencia en la presentación de propuestas legislativas.
La victoria del 31 de octubre aumenta su control del poder y es considerada un mandato de los votantes para que su gobierno, que tiene apenas unas semanas de vida, enfrente retos como una economía sacudida por la pandemia o las medidas contra el coronavirus, entre otros. Kishida dijo que consideraba los resultados como un indicio de que los votantes eligieron la estabilidad frente al cambio.
Más tarde el miércoles formará su segundo gobierno, que mantendrá a todos los ministros que nombró cuando llegó al cargo el 4 de octubre a excepción de uno, y presentará sus medidas económicas y otras políticas clave en una conferencia de prensa.
Kishida fue elegido por el Partido Liberal Democrático hace un mes como una opción segura y conservadora. La formación temía una debacle electorales si el entonces impopular Yoshihide Suga se mantenía en el cargo. Suga renunció tras apenas un año como primer ministro mientras su popularidad se desplomaba por las críticas a su gestión de la pandemia y por su insistencia en la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio a pesar de las preocupaciones por un repunte de los contagios de COVID-19.
Los resultados de Kishida en las urnas, que fueron mejores de lo esperado, podrían dar a su gobierno más poder y tiempo para trabajar en sus promesas de campaña como el control del coronavirus, la revitalización económica y el fortalecimiento de las capacidades de defensa del país.