Las autoridades etíopes arrestaron a unos 70 camioneros contratados por las Naciones Unidas y otros grupos humanitarios en la semana desde que el gobierno declaró un estado de emergencia en un momento en que se intensifica la guerra del país, denunció la ONU hoy.
El organismo mundial está exigiendo explicaciones sobre los arrestos que empezaron el 3 de noviembre en la ciudad de Semera, la entrada para convoyes de ayuda que tratan de llegar a la región Tigray, una situación que la ONU describió como un «bloqueo humanitario de facto», según un comunicado del miércoles. El portavoz del gobierno, Legesse Tulu, no respondió preguntas.
El comunicado se difundió un día después de que la ONU dijera que al menos 16 empleados locales han sido detenidos en días recientes en Adís Abeba, la capital de Etiopía. Todos los detenidos son tigrinos. Miles de miembros de esa etnia han sido capturados desde que se declaró el estado de emergencia en respuesta a reportes de que las fuerzas tigrinas avanzan hacia la capital.
Legesse le dijo a The Associated Press que 16 empleados de la ONU fueron detenidos por su «participación en actos terroristas», sin dar más detalles. El gobierno indicó que detiene a personas sospechosas de apoyar a las fuerzas tigrinas.
El nuevo comunicado de la ONU afirma que los conductores son de «diferentes etnias». No era claro si ya antes durante la guerra ha habido una detención de semejante magnitud. Los arrestos representan un desafío más en la entrega de ayuda humanitaria a millones de personas en la región Tigray, que no ha recibido suministros como alimentos, medicamentos y combustible desde que el ejército etíope comenzó a lanzar ataques aéreos contra la capital regional el 18 de octubre.
«Se estima que ya no hay disponibilidad del 80% de medicamentos esenciales» en la región, dijo la agencia humanitaria de la ONU la semana pasada. El gobierno de Etiopía teme que el apoyo destinado para civiles sea entregado a los rebeldes y ha acusado a grupos humanitarios de armar a combatientes o falsamente inflar la escala de la crisis, sin proporcionar evidencia.