Agentes de policía patrullan cerca del recinto en el que se celebra la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP26, en Glasgow, Escocia. Foto La Hora/AP/Alastair Grant.

La presión pública que ayudó impulsar nuevas medidas contra el calentamiento global estará a plena vista fuera de la sede de la cumbre climática de la ONU el sábado, cuando se espera a miles de manifestantes en las calles lluviosas de Glasgow para exigir a los mandatarios que aceleren la reducción de los combustibles fósiles que trastornan el clima.

Los helicópteros de la policía sobrevolaban Glasgow mientras las autoridades se preparaban para una segunda jornada de protestas de activistas por el clima que exigen acciones más rápidas para frenar el calentamiento global.

A pesar de una suave llovizna que se tornó en una lluvia fría y de fuertes ráfagas, se preveía que decenas de miles de personas participen en la marcha por la ciudad escocesa donde se celebra la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, o COP26.

En el interior del recinto de la cumbre, los negociadores se afanaban por séptimo día en ultimar proyectos de acuerdo que puedan pasar a los ministros correspondientes para su aprobación la próxima semana.

Entre los asuntos que se abordan en la reunión entre casi 200 países están un nuevo compromiso para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit), hacer que las naciones revisen sus medidas con más frecuencia y respaldar financieramente a los más pobres.

Se preveía la visita de una delegación de senadores estadounidenses demócratas y republicanos, de mayor impacto luego de las victorias republicanas en elecciones recientes.

La marcha del sábado atrae a personas de todos los orígenes el sábado después de un acto de decenas de miles de jóvenes del movimiento Viernes para el Futuro frente a las barricadas metálicas de la cumbre.

En el acto del viernes, la activista climática sueca Greta Thunberg, de 18 años, calificó las conversaciones de «fracaso» hasta el momento. Acusó a los mandatarios de incluir exenciones en las normas y dar imágenes falsas de las emisiones en sus países.

«Es evidente que los gobernantes del mundo temen a la verdad, pero por más que se esfuercen, no podrán escapar de ella», dijo Thunberg. «No pueden ignorar el consenso científico y sobre todo no pueden ignorarnos a nosotros, el pueblo, sus propios hijos».

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