El Parlamento de Portugal aprobó hoy un proyecto de ley reformulado que autoriza la eutanasia y el suicidio asistido por médico para enfermos terminales y personas gravemente heridas. Una corte bloqueó la versión original porque dijo que la terminología era poco clara.
El proyecto requiere la firma del presidente para convertirse en ley y se sabe que el mandatario tiene reservas profundas. Si el presidente Marcelo Rebelo de Sousa promulgara el proyecto, Portugal se sumaría al grupo pequeño de países que admiten esos procedimientos.
En la eutanasia, un médico suministra directamente los fármacos letales al enfermo. En el suicidio con asistencia médica, la persona se administra la sustancia en presencia de un médico.
El Parlamento aprobó una versión inicial del proyecto, pero Rebelo de Sousa pidió a la Corte Constitucional que lo revise.
La mayoría de los jueces de la corte coincidieron en que la redacción era «imprecisa» en su definición de las circunstancias en las que podía concederse el derecho de morir.
La referencia a «una herida definitiva de extrema gravedad de acuerdo con el consenso científico» carecía del «rigor indispensable», según la corte.
La nueva versión, aprobada por 138 votos contra 84 y cinco abstenciones, tiene una descripción mucho más completa.
Menciona una «herida grave, definitiva y ampliamente incapacitante, que vuelve a la persona dependiente de otros o de la tecnología para emprender las tareas elementales de la vida cotidiana». Expresa que debe existir «altísima certeza o probabilidad de que tales limitaciones se prolonguen en el tiempo sin la posibilidad de curación o mejora significativa».
Tras el rechazo de la corte, el proyecto regresó al Parlamento, donde legisladores de izquierda le realizaron modificaciones.
Los partidos de izquierda auspiciaron el proyecto, tal como hicieron con la ley del aborto aprobada en 2007 y la del matrimonio igualitario en 2010 en este país de mayoría católica.