Nabil al-Kurd, un residente palestino del vecindario Sheikh Jarrah en el este de Jerusalén, en donde su familia y otras más están bajo riesgo de ser desalojados de sus hogares por colonos judíos. Foto La Hora/AP/Mahmoud Illean.

Un grupo de familias palestinas rechazó hoy una oferta que hubiera postergado su expulsión de un tenso vecindario de Jerusalén por parte de colonos judíos, donde protestas y enfrentamientos contribuyeron a desatar la guerra de 11 días en la Franja de Gaza en mayo.

Las cuatro familias en el vecindario Sheikh Jarrah, cerca de la ciudad vieja, dijeron que su decisión se basa en «nuestra creencia en la justicia de nuestra causa y nuestro derecho a nuestras viviendas y nuestra patria». Más que someterse a un «acuerdo injusto» dependerán de la «calle palestina» para generar conciencia internacional hacia su lucha, agregaron.

La propuesta presentada por el Tribunal Supremo hace unas semanas los habría convertido en «arrendatarios protegidos» y bloquearía cualquier orden de desalojo y demolición por al menos 15 años, según Ir Amim, un grupo defensor de derechos israelíes que monitorea de cerca los acontecimientos en la ciudad.

Las familias todavía hubieran podido presentar su caso en las cortes israelíes, pero los habría obligado a, al menos temporalmente, autenticar la propiedad de los colonos de esas propiedades, lo que hubiera debilitado el argumento de las familias en el futuro, y pagar alquiler a los colonos.

Las cuatro familias están entre las decenas en Jerusalén que corren el riesgo de ser desalojados por organizaciones de colonos judíos en varios casos que están en distintas fases legales.

Los colonos aprovechan una ley israelí que les permite adjudicarse propiedades que eran de judíos antes de la guerra de 1948 en que se creó Israel. Los palestinos que perdieron hogares, propiedades y tierras en el mismo conflicto no tienen derecho a recuperarlas.

De momento no hubo comentario por parte de los colonos, pero el vicealcalde de Jerusalén, Arieh King, un acérrimo partidario, dijo que habían aceptado la oferta.

Las familias, originarias de lo que ahora es Israel, afirman que el gobierno de Jordania les entregó la tierra donde después construyeron sus hogares a cambio de recibir el status de refugiados después de que Jordania tomara control de Cisjordania y el este de Jerusalén en 1948. Desde entonces viven ahí.

Israel ha presentado el asunto como una disputa privada de propiedad, pero los palestinos y defensores de derechos humanos lo consideran un intento coordinado de expulsar a los residentes palestinos de Jerusalén y cambiar la identidad de la ciudad. Estados Unidos ha manifestado su oposición a los desalojos porque debilitarían los esfuerzos de eventualmente revivir el proceso de paz.

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