La farmacéutica Pfizer solicitó permiso el jueves al gobierno de Estados Unidos para usar su vacuna contra el COVID-19 en niños entre cinco y 11 años, y en caso de que los reguladores acepten, las inyecciones se empezarían a aplicar en cuestión de semanas.
Muchos padres y pediatras han pedido a las autoridades protección contra el coronavirus para niños menores de 12 años, el tope actual para la vacuna de Pfizer y su socio alemán BioNTech. Los menores no sólo pueden en ocasiones enfermar de gravedad, sino que el mantenerlos en las escuelas puede ser un reto con el virus aún intenso en comunidades con poca tasa de vacunación.
Pfizer anunció en un tuit que había presentado su solicitud formalmente ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés).
Ahora la FDA tendrá que decidir si hay evidencia suficiente de que las vacunas son tan seguras y efectivas en niños pequeños como lo son en adolescentes y adultos. Un panel independiente de expertos debatirá públicamente la evidencia el 26 de octubre.
Según Pfizer, sus estudios muestran que los niños pequeños deberán recibir la tercera dosis que actualmente se aplica en el resto de la población. Después de la segunda dosis, los menores entre cinco y 11 años desarrollaron niveles de anticuerpos contra el COVID-19 tan fuertes como los que obtuvieron adolescentes y adultos jóvenes en inyecciones de concentración normal.
Si bien los niños tienen menor riesgo de enfermar de gravedad o fallecer por coronavirus que personas mayores, el COVID-19 puede llegar a matar a menores y los contagios en niños pequeños se han disparado al tiempo que la variante delta extracontagiosa se propaga por el país
“Me alegra que estoy ayudando a que otros niños reciban la vacuna”, declaró Sebastian Prybol, de ocho años y residente de Raleigh, Carolina del Norte. Él participa en el estudio de Pfizer en la Universidad Duke y aún desconoce si recibió la vacuna o un placebo.
“Queremos asegurarnos que es absolutamente segura para los ellos”, dijo la madre de Sebastian, Britni Prybol, quien agregó que ella se sentirá “más que feliz” si la FDA autoriza la vacuna.