El ancla de un barco podría haber enganchado, arrastrado y desgarrado una conducción submarina que derramó decenas de miles de galones de crudo al océano en las aguas del sur de California, según investigadores federales que también descubrieron que el propietario del oleoducto no paralizó las operaciones con rapidez cuando un sistema de seguridad alertó de un posible derrame.
Aún quedaban preguntas sin responder sobre los tiempos del vertido del fin de semana, que contaminó playas y humedales protegidos que podrían pasar semanas cerrados, al igual que la pesca recreativa y comercial, un gran golpe para la economía local.
El viernes por la noche hubo algunos reportes de un posible derrame, olor a petróleo y un brillo oleoso en el agua de la Playa Huntington, pero no fueron corroborados y el operador del ducto, Amplify Energy Corp., no reportó un derrame hasta la mañana siguiente, según las autoridades.
A las 2:30 de la mañana del sábado se activó una alarma en una sala de control de la firma sobre una caída de presión en el oleoducto, lo que indicaba una posible fuga, aunque Amplify esperó hasta las 6:01 para cerrar el oleoducto, según hallazgos preliminares de una investigación sobre el derrame.
La empresa, con sede en Houston, tardó otras tres horas en notificar al Centro de Respuesta Nacional de la Guardia Costera de Estados Unidos, según los investigadores, lo que retrasó aún más la respuesta a un accidente para el que los trabajadores de Amplify llevaban años preparándose.
Sin embargo, el director general de Amplify, Martyn Willsher, insistió en que la firma no supo del derrame hasta que se vio un brillo en el agua a las 8:09 de la mañana.
Los planes de la compañía ante derrames requieren notificar el vertido de inmediato. En el pasado se han presentado cargos penales cuando una firma tardó demasiado en informar a las autoridades federales y estatales.
Investigadores federales de transportes dijeron el martes que el oleoducto estaba roto a una profundidad de 30 metros (98 pies) y que un tramo de casi una milla estaba arrancado del fondo marino, posiblemente por un ancla que se enganchó y causó un desgarro parcial.
«En su punto más amplio, está a 105 pies (32 metros) de donde estaba», dijo Willsher.
Enormes cargueros suelen pasar sobre el oleoducto camino del gran complejo portuario de Los Ángeles-Long Beach. Reciben coordenadas de lugares donde pueden fondear hasta que descargan.
Los cargueros anclados siguen moviéndose debido al viento y las mareas, y un ancla mal colocada de unas 9 toneladas o más puede arrastrar «cualquier cosa en la que se enrede», dijo Steven Browne, profesor de transporte marítimo en la Academia Marítima de la Universidad Estatal de California.
No había indicios de si los investigadores sospechaban de algún barco en particular.
«Vamos a asegurarnos de que tenemos respuestas sobre cómo ocurrió esto, y a asegurarnos de que exigimos responsabilidades a la parte responsable», dijo la congresista Katie Porter, una demócrata que preside el subcomité de supervisión e investigaciones del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes. Porter representa a un distrito situado unas pocas millas tierra adentro desde la zona del derrame.
El accidente vertió hasta 572.807 litros (126.000 galones) de crudo al océano, aunque los rescatistas de animales en la costa han dicho estar gratamente sorprendidos de encontrar pocas aves cubiertas de petróleo.