El lunes crecieron los exhortos por ponerle fin a los secretos financieros y a las compañías fantasma que les han permitido a algunas de las personas más ricas y poderosas del mundo esconder sus riquezas del fisco.
La indignación se produjo después que un reporte reveló la manera como líderes mundiales, multimillonarios y otras figuras han utilizado las compañías fantasma y cuentas en el extranjero para mantener billones de dólares lejos de las arcas del gobierno durante el último cuarto de siglo, limitando los recursos para ayudar a los pobres o combatir el cambio climático.
El reporte del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación generó promesas de reformas fiscales y exigencias para que se presenten renuncias y se inicien investigaciones, así como explicaciones y refutaciones por parte de los mencionados.
La investigación, conocida como Papeles de Pandora, fue dada a conocer el domingo por la tarde e involucró a 600 periodistas de 150 medios de comunicación en 117 países.
Cientos de políticos, celebridades, líderes religiosos y narcotraficantes han utilizado compañías fantasmas y otras tácticas para ocultar sus riquezas e inversiones en mansiones, propiedades exclusivas frente al mar, yates y otros activos, según una revisión de casi 12 millones de documentos obtenidos de 14 despachos en distintas partes del mundo.
«Los Papeles de Pandora tratan de individuos que utilizan jurisdicciones ocultas, a las que llamaríamos paraísos fiscales, cuando el objetivo es evadir impuestos», dijo Steve Wamhoff, director de políticas fiscales federales en el Instituto de Políticas Impositivas y Económicas, en Washington.
Tales evasiones fiscales pueden ser legales.
Gabriel Zucman, un economista de la Universidad de California, campus Berkeley, que estudia la desigualdad de ingresos e impuestos, señaló en un comunicado que una de las soluciones es «obvia»: Prohibir «las compañías fantasma: corporaciones sin sustancia económica y cuyo único propósito es evadir impuestos y otras leyes».
«La legalidad es el verdadero escándalo», tuiteó el activista y autor de ciencia ficción Cory Doctorow. «Cada uno de estos acuerdos representa una ficción irrisoria: una compañía fantasma es un negocio, un negocio es una persona, esa persona vive en el archivo dentro de un escritorio de un funcionario bancario en alguna isla del tesoro lejana».
Entre los más de 330 políticos y expolíticos nombrados como beneficiarios de cuentas secretas se incluye al presidente de Chile, Sebastián Piñera; al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso; al rey Abdalá II de Jordania; al ex primer ministro británico Tony Blair; al primer ministro de República Checa, Andrej Babis; al presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta; y allegados tanto del primer ministro de Pakistán, Imran Khan, como del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Algunos de los mencionados rechazan firmemente los señalamientos.
Oxfam International, un consorcio británico de organismos de ayuda humanitaria, aplaudió a los Papeles de Pandora por evidenciar los ejemplos descarados de codicia que privan a los países de ingresos fiscales que podrían utilizarse para financiar programas y proyectos para un bien común.
«Ahí es donde están nuestros hospitales», dijo Oxfam en un comunicado. «Ahí es donde están los pagos para todos los maestros, bomberos y servidores públicos adicionales que necesitamos».
La Comisión Europea, la rama ejecutiva del bloque de 27 naciones, señaló en respuesta a las revelaciones que prepara nuevas propuestas legislativas para mejorar la transparencia fiscal y reforzar el combate a la evasión de impuestos.
Los Papeles de Pandora son un proyecto precedido por uno similar publicado en 2016, conocido como los Papeles de Panamá, que fue recopilado por el mismo consorcio de periodistas.
Las revelaciones más recientes son todavía más extensas, basadas en datos filtrados de 14 proveedores de servicios distintos que operan en 38 jurisdicciones. Los registros se remontan a la década de 1970, pero la mayoría son de 1996 a 2020.
La investigación se adentró en cuentas registradas en paraísos fiscales conocidos, como las Islas Vírgenes Británicas, Seychelles, Hong Kong y Belice. Pero también había fideicomisos creados en Estados Unidos, incluyendo 81 en Dakota del Sur y 37 en Florida.
Los documentos revelan la manera en que las personas poderosas son capaces de desplegar compañías fantasma, fideicomisos y otros artificios para ocultar a los verdaderos propietarios de activos ilícitos o provenientes de actos de corrupción. Por ejemplo, los fideicomisos autorizados legalmente pueden ser utilizados por evasores fiscales y defraudadores que desean la privacidad y autonomía que ofrecen en comparación con las entidades comerciales tradicionales.
Las compañías fantasma, un método de evasión fiscal muy utilizado, por lo general están inmersas en redes complejas que ocultan la identidad de los propietarios de activos que realmente se benefician, aquellos que controlan en última instancia a una compañía fantasma o cualquier otro activo, o le sacan provecho financiero, mientras que en los documentos de registro aparecen los nombres de otras personas. El reporte indicó, por ejemplo, que se utilizó una compañía fantasma para adquirir un apartamento de 4 millones de dólares en Mónaco para una mujer que supuestamente sostuvo una relación secreta con Putin.