Afganos cruzan un puente sobre el río Kabul, en Kabul, Afganistán. Foto La Hora/AP/Felipe Dana.

Los graves problemas financieros y la llegada del invierno podrían causar una «grave crisis humanitaria» en Afganistán si no se reanuda el flujo de dinero para pagar salarios y servicios, especialmente la atención médica, dijo el jueves el director regional de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Alexander Matheou señaló que el país está a punto de entrar en «unos meses extremadamente difíciles» a medida que descienden las temperaturas, lo que agrava la escasez de comida resultante de la sequía y la pobreza. Los recortes en salud ponen en riesgo a muchos afganos vulnerables, especialmente en las zonas rurales.

Por otra parte, las autoridades talibanes dispersaron rápidamente con disparos una protesta liderada por mujeres que exigía igual de derechos en educación en la capital, Kabul. Los carteles con el lema «¡No quemen nuestros libros!» fueron confiscados y destruidos por hombres armados alegando que las mujeres no habían solicitado permiso para la manifestación.

La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja solicita 36 millones de francos suizos (38 millones de dólares) para seguir financiando las clínicas de salud, para ayudas de emergencias y otros servicios en 16 provincias. Matheou habló en una conferencia de prensa en Kabul un día después de que el vocero de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, instó a los donantes a agilizar la financiación de un pedido urgente de 606 millones de dólares, del que se había cubierto apenas el 22%, para ayudar a 11 millones de afganos lo que queda de año.

«Se necesita alguna solución para los flujos financieros a Afganistán para garantizar que al menos se pueden pagar los salarios y que se puedan adquirir suministros esenciales, como electricidad y agua», afirmó Matheou. El sistema de atención de salud primaria necesita fuentes adicionales de financiación independientes del grupo insurgente para seguir operando, añadió,

Desde que el Talibán tomó las riendas del país a mediados de agosto, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional suspendieron sus aportaciones al gobierno, y Estados Unidos congeló miles de millones de dólares en activos de las cuentas del Banco Central afgano en el país.

La ayuda internacional suponía cerca del 75% del gasto público de Afganistán, según un reporte del Banco Mundial. Pero con esos fondos ahora congelados, la crisis económica es inminente.

Los recortes en sanidad han resultado en el cierre de 2,500 centros, y más de 20,000 trabajadores de la salud, de los cuales 7,000 son mujeres, no reciben sus salarios, apuntó Matheou.

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