Los republicanos en Texas propusieron ayer una reestructuración del mapa congresual que apuntalaría su dominio y reafirmaría sus cerca de dos docenas de miembros en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, al tiempo que agregaría distritos nuevos en las ciudades de Austin y Houston.
Texas fue el ganador principal del Censo de 2020, cuando el vertiginoso crecimiento, avivado por cerca de dos millones de residentes hispanos nuevos, lo convirtió en el único estado al que le fueron otorgados dos escaños adicionales en el Congreso, llevando su total a 38.
Tales cambios demográficos amenazan décadas de control republicano en Texas, pero al emprender el proceso que se lleva a cabo una vez cada 10 años de redefinir los mapas electorales, el primer borrador de los reestructuradores republicanos parece más que nada proteger sus escaños existentes y sacar provecho en lugar de tomar asientos adicionales de los demócratas. Una excepción se da a lo largo de la frontera Texas-México, donde el expresidente Donald Trump tuvo buen respaldo en el 2020 y demócratas tendrán dificultades para mantener el bastión que actualmente está en manos del congresista Vicente González.
Defensores y funcionarios hispanos creen que las cifras exigían al menos un escaño congresual nuevo de mayoría latina en Texas, en el área circunvecina de Dallas, pero ninguno fue incluido en el primer borrador republicano.
Los distritos suburbanos en auge en Texas, que incluyen cuatro de las 10 ciudades de mayor crecimiento y más rápida diversificación en Estados Unidos, serían reforzados con más votantes sacados de las zonas rurales circunvecinas.
Los republicanos cuentan en la actualidad con 23 asientos en la Cámara de Representantes en Texas, y los demócratas tienen 13.