Emmanuel Benson planeaba recibir su título en horticultura y decoración de jardines de la Universidad Federal de Mecanización Forestal el próximo año. Ahora no está dispuesto a arriesgarse a regresar a la escuela, después de que fue secuestrado por hombres armados junto a más de una veintena de compañeros este año.
«Nuestras vidas corren peligro… (las de) los estudiantes nigerianos, en especial en el estado de Kaduna, donde vivimos», dijo el joven de 24 años. Por mucho que quería completar sus estudios, «el secuestro y todo lo que está sucediendo sigue pasando… quedarme aquí no beneficia a nadie».
Benson es uno de varios estudiantes nigerianos que busca soluciones alternas para su educación y que no signifiquen un riesgo adicional, en un momento en que hombres armados en los estados del norte de Nigeria se han vuelto más ambiciosos y secuestran cada vez con mayor frecuencia a estudiantes para exigir un rescate.
Al menos 25 alumnos nigerianos que pasaron casi dos meses cautivos por hombres armados en la peligrosa región noroeste del país ahora recaudan fondos con la esperanza de salir de Nigeria y estudiar en otro país, como en Estados Unidos, según maestros y padres de familia en la Universidad Federal de Mecanización Forestal en el estado de Kaduna.
Algunos de los estudiantes, así como padres y maestros, dijeron a The Associated Press que, después de pasar unas siete semanas secuestrados antes de recuperar su libertad en mayo pasado, la vida no ha vuelto a ser la misma. Tienen miedo de seguir estudiando en Nigeria, y ahora dependen de la ayuda de un comité escolar que supervisa los procesos de solicitudes para estudiar en el extranjero.
Aún no hay un plan establecido sobre cómo funcionaría la inscripción, salvo que esperan por oportunidades de becas en Estados Unidos o en otras naciones.
Para ellos, Nigeria ya no es una opción porque «el país no es seguro», según Paul Yahaya, uno de los 25 estudiantes.
Muchas familias en el estado de Kaduna aseguran que ahora pasan la mayor parte del tiempo en casa por temor a los ataques. Los rescates son cuantiosos, y en Nigeria, un país con una tasa nacional de pobreza del 40%, los padres de familia atraviesan problemas para pagar.
«Ni siquiera los padres tienen dinero, porque han pasado problemas para pagar los rescates, y le pagan mucho a los negociadores (que ayudan a garantizar la liberación de sus hijos)», declaró Abdulahi Usman, presidente de la comisión de padres y maestros que supervisa los procesos de solicitud para estudiantes interesados.
Los 25 alumnos que se quieren ir están entre 1,436 estudiantes que han sido secuestrados el año pasado en este país, el más poblado de África, según Peter Hawkins, representante del UNICEF en Nigeria.
La escuela de Kaduna y muchas más en cuando menos cuatro estados continúan cerradas debido a la inseguridad. Una de ellas es la secundaria bautista Bethel en Kaduna, donde 10 estudiantes fueron puestos en libertad el domingo, casi tres meses después de ser secuestrados en julio. El reverendo John Hayab, un funcionario escolar, le dijo a la AP que se pagó otro rescate para asegurar la liberación de los alumnos, y que 11 siguen secuestrados, de un total de 121 que fueron plagiados originalmente en la escuela.