Ríos gigantes de lava avanzaban lenta pero implacablemente hacia el mar hoy después de que un volcán entró en erupción en una isla española destruyendo todo a su paso. Hasta el momento no se han reportado víctimas después de que las autoridades evacuaron a tiempo a unas 5.000 personas.
La erupción comenzó ayer en la isla de La Palma, parte del archipiélago de las Islas Canarias y ubicada en una cordillera volcánica llamada Cumbre Vieja, donde dos fisuras expulsaron magma rojo brillante y pusieron en movimiento ríos de lava incandescente.
Los científicos estuvieron monitoreando el área en los últimos días debido a un aumento repentino de terremotos, en su mayoría pequeños.
El lunes, la lava fluía hacia el mar por la isla de La Palma a unos 700 metros por hora, según el Instituto Volcanológico de Canarias. La erupción podría durar semanas o meses, según los expertos.
Dos coladas avanzaban por una zona apenas poblada, explicó a la emisora de radio SER el presidente regional de Canarias, Ángel Víctor Torres. Unas 100 casas quedaron destruidas, reportaron autoridades.
No había más evacuaciones previstas, según las autoridades, quienes recomendaron a las personas en áreas donde caía ceniza volcánica que se quedaran en el interior con las puertas y ventanas cerradas.
Nemesio Pérez, coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias, señaló a SER que era improbable que la erupción dejara muertos, aunque la lava «arrasará todo por donde pase».
La erupción abrió dos fisuras separadas por unos 200 metros (650 pies). Era probable que las coladas se unieran antes de llegar al mar, según las autoridades.
La lava llegó hasta la localidad de Los Llanos de Aridane, cercana al volcán. Las viviendas en el recorrido hasta la costa habían sido evacuadas, indicó la alcaldesa, Noelia García.
Mariano Hernández, presidente del Cabildo de La Palma, describió como «desoladora» la situación en la zona afectada, en una isla que vive principalmente de la agricultura.
«Una colada de lava con una altura media de seis metros se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que va encontrando a su camino hacia la costa del valle de Aridane», explicó a la agencia estatal de noticias Efe.
La Unidad Militar de Emergencias aumentó su despliegue en la isla a 180 soldados y 57 vehículos, respaldados por tres aeronaves para descargar agua que se esperaba llegaran más tarde hoy.
Daniel Álvarez, dueño de un bar en Las Manchas, uno de los pueblos más cercanos al volcán, fue evacuado con su familia el domingo y se encontraba alojado en el cuartel militar El Fuerte con otros 300 evacuados.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, visitó la zona afectada el lunes tras cancelar su viaje a Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas.
Elogió a los científicos por monitorear la erupción, diciendo que su trabajo fue fundamental para evitar víctimas, y prometió que su gobierno ayudaría a la población local a reconstruir sus vidas.
El Instituto Volcanológico de Canarias reportó el domingo una primera erupción poco después de las 15:00 cerca del extremo sur de la isla, donde se había producido la última erupción en 1971.
Las fisuras en la cordillera volcánica de Cumbre Vieja expulsaban lava roja y nubes de humo blanco y negro. Los científicos habían dirigido su atención a la zona durante los últimos días debido a la acumulación de magma bajo la superficie y a una sucesión de pequeños sismos.
La mayoría de los evacuados se cobijaron con familiares y amigos, según las autoridades. El resto acudieron a refugios.
La Palma, donde viven 85.000 personas, es una de las ocho islas volcánicas del archipiélago canario. En su punto más oriental, las islas están a 100 kilómetros (60 millas) de Marruecos.
Antes de la erupción se registró un sismo de magnitud 4,2 en la zona conocida como Cabeza de Vaca, en la ladera occidental de la cordillera.
Hernández pidió a la gente que se mantenga alejada de la erupción.
Aunque es demasiado pronto para saber cuánto durará esta erupción, episodios anteriores en las Canarias continuaron durante semanas o incluso meses, señaló Itahiza Dominguez, responsable de sismología del Instituto Nacional de Geología, en declaraciones a la Televisión Canaria.
La última erupción en La Palma, hace 50 años, duró algo más de tres semanas. La última erupción del archipiélago hasta ahora se había producido bajo el agua frente a la costa de la isla de El Hierro, en 2011. Duró cinco meses.